~𝐂𝐄𝐋𝐎𝐒~/ᴊᴀʏᴡᴏɴ-ᴡᴏɴᴊᴀʏ

☂︎𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎☂︎

Nuestra relación era un poco extraña, sin embargo seguíamos juntos sin importar los que sucediera.

Éramos como cualquier pareja, o eso era lo que yo pensaba, pues la mayoría de las parejas tenían momentos lindos, amorosos, peleas, celos e incluso momentos tristes.

Cómo aquella vez en la que peleamos muy fuerte, pues won había echo otra escena de celos, mucho peor que la anterior, solo le hable a la joven que me atendía y le sonreí amablemente y se enojó, pero ese no es el asunto, el punto es que regresamos a casa y won estaba llorando, trate de acercarme a el pues se que su comportamiento se debe a sus inseguridades, pero el solo se alejo y fue en dirección al baño, toque varias veces la puerta, debíamos hablar sobre el problema y arreglar las cosas, pero por más que tocaba no abría así que opte por la opción de abrir con las llaves de emergencia en caso de que la puerta se cerrará o atorara por dentro. Al abrir me asusté demasiado, ví a mi pequeño niño sentado en una esquina llorando fuertemente mientras tenía en una mano una pequeña navaja que se colocaba en la rasuradora, sus brazos sangraban demasiado. Rápidamente me acerque a el lo lo abrase, cuidadosamente quite aquella navaja y lo cargue en dirección a la pequeña sala, podía sentir su cuerpo temblar, acaricie lentamente su espalda para tratar de darle seguridad, lo senté en un sofá sin soltarlo en algún momento, empeze a repartir pequeños besos en su cabello, frente, nuca y cuello, sentí como su cuerpo se empezaba a relajar, lo aleje un poco para levantarme y dirigirme a un mueble cerca donde guardamos  las cosas de emergencia, saque unas vendas, alcohol, pomada y desinfectante para poder curarlo.

Al terminar mi trabajo, lo mire a los ojos, me dolió demasiado verlo en ese estado, su nariz ligeramente roja, sus labios hinchados por haberlos mordido para calmarse, sus brazos cortados ahora cubiertos con vendas, sus ojos rojos e hinchados, su cabello alborotado, no puede evitarlo y llore, lo abrase fuertemente y le pedí perdón demasiadas veces, era mi culpa, no debí restarle importancia y mucho menos decirle que aveces exageraba, fui demasiado tonto.

Ese día hize todo lo posible para ganarme su perdón y lo logré, al anochecer, lo abrace fuerte y le prometí mientras dormía que no volvería a cometer el mismo error.