Un vuelco a mi vida...

-CAPÍTULO 12

-Capítulo 12

Mi organismo había despertado, pero mis ojos no aún. Sentía frío, mucho. Sentía como el viento, apartaba los mechones de mi cara. ¿Había alguna explicación?

Me había parecido escuchar la ventana cerrarse. Entonces el viento desapareció, y el frío disminuyó, provocando que mi piel, volviese a su estado normal.

¿Estaban asaltando a mi casa? ¿Y por qué entraban desde mi ventana?

Lentamente y con miedo, abrí los ojos, esperando encontrarme con una pistola delante de mi cara, pero tan sólo visualice a un chico sonriéndome.

-¿Jasper? –Dije con los ojos entrecerrados, y con una voz inaudible.

-Hola preciosa… -Susurró.

Desperté del todo, en pocos segundos, y por los latidos que daba, mi corazón también.

-¡¿Qué haces aquí?¡ -

-Shh… -Susurró. –No hagas ruido, o nos van a descubrir…-Continuó, arrodillándose en el suelo, delante de mí. –Vine a hacerte compañía, después de lo de hoy, necesitaba hablar contigo, o al menos verte. –Concluyó con una sonrisa.

-Ven. –Dije palpando el otro lado de la cama. –No quiero dormir sola.

Él sólo asintió con una sonrisa, y se puso a mi lado. Me agarró de la cintura, desde atrás y me besó el pelo haciéndome estremecer.

Me acurruqué un poco, buscando una postura cómoda para mí.

-Iona… -Susurró.

-Dime.

-No te muevas tanto, por favor…-

-¿Por q…? ¡Ah! Lo… lo siento… -Dije mientras mi cara cogía un color muy rojo.

-Estás roja… -Dijo riéndose.

-N..¡no! ¡No es verdad!-

-Sí lo es…-

-No lo es…-

-Si.-

-No.-

-Que sí…-

-¡No!-

-¡Shh…! –Dijo colocando un dedo encima de mis labios.

-No me da la gana, ¡no puedes hacer que me calle! –Dije enfadada.

-¿Qué no? ¿Estás segura? –Contestó levantándose lentamente.

-S… sí. –Contesté nerviosa mientras me levantaba caminando hacia atrás.

-Entonces… ¿dónde vas? – Dijo a punto de agarrarme por la cintura.

-Ni se te ocurra cogerme… -Dije poniendo mis manos delante suyo en mi defensa, aunque no sirvió de nada, porque una vez chocarme contra el armario, me dejó atrapada, sin poder moverme.

-Eres una niña muy mala.-Dijo acercándose a mí.

-No. No lo soy. –Contesté nerviosa.

-¿Qué has dicho? –Dijo mientras empezaba a darme besos en el cuello. Era mi debilidad.

-Vale, vale, vale… ¡lo soy, lo soy! –Dije rindiéndome.

-Así me gusta… -Dijo mientras seguía besándome el cuello.

-Oye, se suponía que cuando aceptara lo que me dijiste, me dejarías… -Dije con mi respiración agitada.

-¿Y quién dijo eso? –Contestó sonriendo.

-Jasper, no, para, por favor… -Supliqué mientras él iba descendiendo, aún con sus besos cálidos y húmedos.

-Ah, no no, ahora te aguantas. No haber despertado a la bestia… Has superado los límites Iona.

-Jasper, no, aquí no. –Pero era como si le hablase a las paredes. –Jasper, por favor…

-Quieres callar y disfrutar… pesada… -Dijo mientras colocaba sus manos por debajo de mi camiseta.

-¡Jasper!  -Dije parándolo.

-Ai… está bien… Vale, ¿qué te parece si jugamos a un juego muy divertido? –Dijo mientras levantaba una ceja.

-Depende. Explícate. –Dije mientras me sentaba en la cama cruzándome de brazos.

-Pues… el juego consiste en que tú, te tumbas en la cama, y yo voy a ir tocándote, sí mueves los brazos, que estarán atados, para intentar zafarte de mis brazos, o gimes, más de 2 veces, o incluso si mueves las piernas, que también estarán atadas, te haré mía. Y si no haces nada de eso, ganas y hacemos lo que quieras. El juego dura 10 minutos. –Dijo alzando una ceja. Era un juego muy tentativo, y aunque me gustaba la parte de que me hiciese suya, no quería, ya que estaba mi hermano en casa, y ves a saber lo que podría ocurrir…

-Acepto el juego. –Dije decidida, pero en el fondo insegura y muy nerviosa.

-Perfecto. –Dijo sonriendo. Empezó a desnudarme y me dejó en ropa interior. Me ató los pies y las manos a las extremidades de la cama, y después se posicionó en medio de mis piernas, de rodillas.

-Que empiece el juego. –Dijo sonriendo.

Empezó dándome pequeños y húmedos besos en mi ombligo, mientras que fue subiendo hacia mis pechos. Desató mi sostén y empezó a saborear mis pechos. Yo sólo cerré los ojos, y procuré no gemir. Aún me quedaban 10 minutos…

Fue bajando, en besos, hasta mi abdomen. Me bajó mis braguitas, y me abrió las piernas. Yo tenía los ojos cerrados, intentando no gemir, sudando, y rezando para que no hiciese lo que estaba claro que iba a hacer.

Puso un dedo en mi clítoris, sin hacer nada, y luego lo movió lentamente hacia abajo. Que tortura… Seguía moviendo el dedo, desde arriba hacia abajo, y cada vez aumentaba más la velocidad, hasta que el dedo entró en mí, y traidoramente, un gemido se escapó de mi garganta, haciendo que el sonriera. Mierda.

-Te queda una oportunidad y 8 minutos. –Dijo sonriendo. -¿Te rindes?

-No.

-Sigamos, entonces.

Ahora introdujo dos dedos, y cada vez los adentraba más deprisa, haciendo que mi metabolismo se acelerara, estaba claro, que en pocos minutos iba a perder…

-Oye, ¿sabías que mis labios reclaman atención? –Dije intentando que dejase de introducir sus dos dedos dentro de mí.

-¿Sabías que eso es jugar sucio? Te voy a castigar. –Dijo mientras sonreía. Volvió a introducir sus dos dedos mientras lamía mi clítoris. Mal. Fatal. Otro traidor gemido se escapó de mi garganta.

Hola amores… lo siento muchísimo por mi tardanza pero esquíe estoy a tope de exámenes… Y me paso las tardes estudiando, quiero sacar sobresalientes y claro, cada cosa cuesta lo suyo, ¿no?

He intentado hacerlo lo suficientemente largo… ¿Lo he conseguido? Espero que sí, y que os haya gustado, sé que este capítulo es muy erótico, lo sé, pero creo que le hacía falta un poco de acción… Espero vuestros 20 votos y por supuesto vuestros comentarios y mensajes sobre si os ha gustado, y como siempre, sobre propuestas… De verdad, todas, todas, todas, las valoro un montón, no sabéis cuánto, y aunque no pueda contestar vuestros mensajes, que sepáis que lo he leído TODOS, ¿vale? Jajajajaja, gracias por todo, por estar ahí y os repito, que siento muchísimo la tardanza, ¡se os quiere un montón!

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