Tormentas y mis otras enfermedades.

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Los días grises tienen algo especial.

No hay luz,

no hay sombras,

y por algún motivo eso entristece

a muchas personas.


Y yo creo que la culpa la tienen

los besos bajo la lluvia;

irrazonablemente se encuentran bonitos.

Pero analizándolo fríamente,

es sólo un roce de labios

a la vez que el agua se precipita desde el cielo.


Pero las personas no son frías

y le añaden sentimientos

tales como el amor, atracción

o como sea que cada uno le llame.

Eso es lo que hace que los días grises sean tristes

y nostálgicos.


Sin embargo, llega un punto en el que la nostalgia

ya es indiferente

y los dias grises

sólo vienen acompañada de recuerdos,

que la lluvia se lleva con el paso del tiempo.


Luego llegó el olvido, disfrazado

y chocó contra mí.

Cuando me di cuenta ya era tarde

pues ya se apoderó de mi

cogiendo todas las pequeñas piezas que quedaban de mi

y simplemente lanzándolas al viento

para que fueran en su dirección.


El viento de buena gana

las aceptó y se las llevó lejos,

donde nadie pudiera encontrarlas.

Y al llevárselas el viento y el olvido,

volvieron a mí todos los pedazos que se me escaparon por la boca.


Así, el viento me trajo mi libertad,

mi plenitud.

Ya los días grises no importaban, sólo el tiempo.

Que demandaba no ser desperdiciado.


Decírtelo bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora