Final

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No había ninguna razón lógica para que él fuera por el parque de nuevo. Sí, era el camino más corto a casa, pero él rara vez lo usaba. Había otros atajos. Más seguros.

Aún así, la noche después de su visita a la terapeuta, Yoongi se encontró caminando a casa atravesando el parque. Él no esperaba encontrarse con Jungkook de nuevo. No lo hacía. Simplemente... No había ninguna razón para que él no usara este atajo. Si él se había encontrado con Jungkook aquí una vez, no quería decir que iba a encontrarse con él de nuevo. Tal vez realmente había sido un encuentro casual y Jungkook no había estado acechándolo.

Tal vez nunca vería a Jungkook de nuevo.

El parque estaba vacío y extrañamente tranquilo.

El sonido de sus pasos parecía anormalmente alto. Horripilante.

Yoongi se metió las manos en los bolsillos y apresuró el paso, mirando a su alrededor.

—¿Buscando a alguien?— Una mano pesada cayó sobre su hombro y lo empujó contra el árbol más cercano.

Yoongi se quedó mirando a Jungkook. La luz de la farola era pobre y él apenas podía distinguir la expresión de Jungkook.

—No a ti.

La esquina de la boca de Jungkook se curvó hacia arriba. —Podrías haberme engañado.

Su agarre en su hombro era doloroso. Yoongi aspiró una bocanada de aire a través de sus dientes apretados. —¿Estás tú acosándome?

Riéndose, Jungkook puso la otra mano sobre la cabeza de Yoongi y se inclinó. —Noticia de última hora,— él murmuró, su cálido aliento casi rozando los labios de Yoongi. —El mundo no gira a tu alrededor, Ojos Azules.

—¿Ah, sí?—, Yoongi dijo, agarrando un puñado del pelo de Jungkook. —¿Así que es una coincidencia, entonces? ¿Tú solo acostumbras pasear por aquí?

—El sarcasmo no te queda bien—, dijo Jungkook, su mano pasando del hombro de Yoongi a su garganta y apretándola ligeramente. Yoongi se estremeció. Jungkook sonrió. —Si quieres saberlo, yo de hecho trabajo cerca de aquí.

Yoongi parpadeó. La idea de Jungkook haciendo algo tan normal como trabajar era extraña. Infiernos, el hecho de que Jungkook ya no era un recluso era extraño. Yoongi aún no podía lidiar en su mente con ello. Y absolutamente no ayudaba el que Jungkook estuviera tan cerca - era una distracción. Una distracción mayor de lo que debería haber sido.

Yoongi volvió la cabeza, de modo que el aliento de Jungkook sólo cepillaba en su mejilla, y dijo secamente: —No explica por qué estás sobre mí. Lo que ocurrió hace unos días fue un error. Yo no soy - Yo no soy asi.

Jungkook rozó con los dientes a lo largo de la mandíbula de Yoongi. Yoongi cerró los ojos fuerte. —Estoy seguro de que no lo eres— Jungkook murmuró, arrastrando sus labios entreabiertos por su mejilla hasta la oreja.

Yoongi apretó el cabello de Jungkook más fuerte en su puño. —Yo no lo soy.

—Tú no lo eres—, dijo Jungkook en su oído antes de morder el lóbulo de la oreja y succionarlo en su boca. Un ruidito escapó de los labios de Yoongi. Él estaba temblando.

—No—, logró decir, tratando de abrir los ojos, tratando de obligarse a empujar a Jungkook lejos. Su cuerpo no le obedeció.

La mano de Jungkook se deslizó por el brazo desnudo de Yoongi, provocándole piel de gallina en todo su cuerpo.

Su nariz presionó contra unlado de la cara de Yoongi. Acarició allí. —Hueles agradable, Ojos Azules.

Tú también. Casi lo dijo, porque el sutil aroma masculino de Jungkook lo estaba volviendo loco. Él quería - él necesitaba - Yoongi volvió la cabeza, buscando ciegamente los labios de Jungkook. Él quería ser besado. Quería la lengua de Jungkook en su boca. En él.

Boys In Prison ▪︎Kookgi▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora