—¿¡Qué más quieres de mi!?
Grité mientas la sangre corría de mi labio hasta mi cuello, la música, la misma canción molesta sonando hace más de 15 horas, estaba demasiado alta así que mis gritos no debían escucharse más allá del sótano en el que estaba, ví la puerta abrirse y a Spencer bajar por las escaleras corriendo hasta llegar a mi lado, recibí una cachetada, una más de las muchas que había recibido y mi vista se nublo distorsionando el rostro de Reid para convertirse en el de Charles, sonriendo con malicia.
—¿Tanto te cuesta mantener la boca cerrada?
—Me estoy volviendo loca.
Él sonrió y nego con diversión, tomo una silla metálica, exactamente igual a la que estaba amarrada yo.
—¿Recuerdas estás sillas?— negué y el señaló en mi dirección—, en esa murió tu madre— sentí un escalofrío recorrer mi espalda pero cerré la boca—. Te pareces mucho a ella.
—No hables de ella.
—¿No te da curiosidad?
—Sé perfectamente porque los mataste.
Charles abrió los ojos sorprendido y acerco su rostro al mío, podía sentir su respiración en mi boca.
—¿Lo sabes?
—Soy agente del FBI.
—No lo sabes.
Lo mire sin contestar, no, en realidad no lo sabía, y la curiosidad me mataba por dentro, por supuesto que quería saber la razón, lo necesitaba, pero una parte de mi lo sospechaba y deseaba no creerla.
—¿Que me diste?— dije cambiando el tema—. No me siento normal.
—Supuse que nunca habías consumido sustancias ilícitas. ¿Que harás, arrestarme?
—Vendrán por mi.
—Quizás mañana, pero hoy no. Sabes, tu madre y yo nos conocíamos incluso antes de tu nacimiento, era una buena mujer.
—Dejame adivinar, era increíble hasta que conoció a mi padre.
Charles se volteo para tomar los papeles en su mesa, y me miró, con la sonrisa más sincera y escalofriante que me han entregado.
—Casi— dijo él volviendo a sentarse—. Solo erraste en el hecho de que él no es tu padre.
Puso uno de los papeles frente a mi, era de la clínica más cercana de nuestro vecindario, una prueba de ADN, mi nombre aparecía debajo del suyo, y el 99,9% marcado en negrita confirmaba que era la hija de un asesino. Él bajo el papel para ver mis ojos irritados, quizás por la droga o por el shock que comenzaba a generarse en mi cerebro.
—Yo no soy como tú.
—Te criaron dos agentes del FBI— se levantó y camino despacio hasta susurrar en mi oido—, pero mi sangre corre por tus venas.
Él se dirigió a las escaleras y antes de irse subió el volumen de la música aún más, comencé a desesperarme, sentía como el aire abandonaba mis pulmones, ¿Era posible? ¿Podía ser verdad? Volví a gritar, este hombre me estaba torturando, pero no físicamente, no había recibido más que cachetadas y golpes en el estómago, estaba jugando con mi mente, con mis sentimientos, atacaba a mi inteligencia, estaba enloqueciendome.
—No seré como tú.
Susurré, pero muchos hijos de asesinos terminaban siguiendo los pasos de sus padres, o al menos muchos de los traumas de un psicópata se debe a su ascendencia, comencé a vomitar, sentía asco, asco de todo.
—Cariño— mire al lado y rápidamente cerré los ojos—... No dejes que te haga esto.
—No eres real.
—No creas lo que te dice, solo está jugando contigo.
—¡No eres real!
Levanté la vista y me encontraba nuevamente en la soledad con la misma canción reproduciendo en la vieja radio.
Ví mi teléfono en la mesa cuando esté comenzó a sonar, no estaba segura de si eso era parte de mi imaginación también, me esforcé por arrastrar la silla hasta allí, cuando iba a contestar la llamada se cortó, ví que era García, y ella volvió a llamar al segundo, conteste cómo pude y puse el altavoz.
—Penélope...
—Hola cariño mío, ¿Como estas?
—Bien.
—¿No vienes al trabajo hoy?
—Hotch me dió el día libre. García, ¿Tienes acceso a los archivos médicos?
—Si, ¿Que sucede?
—Nada, nada olvídalo. Debo irme.
Corte la llamada y volví a arrastrar la silla hasta donde estaba el charco de sangre seca. La puerta volvió a abrirse.
—Traje tu comida.
Charles puso una bolsa de papel en mis piernas, el olor de la hamburguesa invadió toda la habitación.
—Soy vegetariana.
—Lo sé— dijo él con una sonrisa mientras sacaba la hamburguesa de doble carne y la acercaba a mi rostro—. Abre la boca— negué y corrí la cara hacia el costado—. Vamos nena, abre.
Él tomo mi mandíbula apretando con fuerza y obligandome a hacer lo que pedía. Metió la comida a la fuerza y la escupí en su cara, él lanzó la hamburguesa al suelo y me dió una cachetada.
—¡Mira lo que haces! ¡Maldición! ¿¡Qué eres acaso, un bebé!?
Charles cerró la boca de pronto y me miró con un brillo peculiar en sus ojos antes de subir las escaleras corriendo, cuando volvio a aparecer traía un biberón.
—Por favor, dime qué es una broma.
—Si vas a actuar como una niña malcriada, lo serás.
Me obligó a beber de la leche tibia, aunque era repugnante no había comido nada en horas y eso había sido lo más decente hasta el momento.
—Muy bien hecho.
Lancé mi cuello hacia atrás y Charles se fue del lugar. Entendí todo en ese momento, si él era mi padre, o creía serlo, estaba tratando de recuperar todo lo que no tuvo, quería criarme a su manera, pero mi madre no se lo habría permitido, por eso los mato, me quería a mi.
En todo el día no volvió a aparecer, mis muñecas y tobillos sangraban por el intento desesperado de liberarme, la canción era insoportable y lo único que podía hacer era gritar o llorar. Las 24 horas debían haber pasado ya, y en menos de 6 horas se darían cuenta de que no estoy, Spencer llegaría a casa y notaría mi ausencia, no le daría importancia, hasta llegar a la unidad y notar que tampoco estoy allí, comenzarán a llamar, yo no contestare, y todos sabrán dónde estoy, no necesitan pensarlo mucho. Charles bajo con una manta, la puso sobre mi y dejo un beso en mi frente.
—Buenas noches, girasol.
Girasol, el apodo que mi padre me puso por haber nacido durante el atardecer y el jardín del hospital estaba decorado con estas flores. Charles era mi vecino, lo habría escuchado cientos de veces llamarme de esa manera, él lo recordaba pero yo no, y esto atormentó mi noche por completo. La música seguia reproduciéndose pero en un volumen muchísimo más bajo, cómo si la canción estuviera susurrando, y la odiaba mucho más que antes.
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Bulletproof Agent- Spencer Reid
FanfictionUna novata se agrega al equipo de FBI, ¿podrá ___ seguir el ritmo de sus compañeros? ¿estarán todos de acuerdo con su presencia? ¿será una peligrosa preocupación para Spencer Reid? [EDITANDO]