Capítulo 41

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Hotch se acercó al grupo donde sentados en la mesa conversabamos tranquilamente.

—¿Crees poder quedarte para el papeleo hoy?— dijo mirándome con una sonrisa—, tu madre me pidió que me quedara con Jack.

—¿Por qué siempre yo?— cuestioné mirando a mis compañeros que evitaron la mirada, a excepción de Derek que respondió con burla.

—Los demás tenemos cosas que hacer, tenemos una vida.

—Yo también tengo cosas que hacer.

—Nombra una— me desafío Rossi, mire al mayor buscando una respuesta y tras pasar algunos segundos sonrió—. Ahí tienes.

—¿Me pagarás extra?— Hotch nego con una sonrisa y guardo las últimas cosas en su maletín—, genial.

—¿Dónde está Reid?— pregunto García—. ¿Se fue antes?

—Si, fue a visitar a su madre, estaré sola el fin de semana, y al parecer también haciendo papeleo.

—No hay mucho que hacer— trato de consolarme J.J—, terminarás antes de lo que crees.

Todos comenzaron a levantarse, Hotch dejó los papeles frente a mi y beso mi frente como despedida.

—Disfruten su noche sin mi.

Todos rieron por mi mal humor y se marcharon, leí y firme papeles por varios minutos, y al parecer la rubia tenía razón, los papeles no eran tantos y pude tomar mis cosas para volver a casa antes de lo que imaginé.

—¿Ya vas a casa?—Pregunto Kevin, el analista técnico que había reemplazado a García—. Iba saliendo, te puedo llevar si deseas.

—No gracias, vine en mi auto.

Él asintió y abrió la puerta para que pudiera salir, le agradecí y subí a mi vehículo, el camino fue particularmente sombrío, no tener más que la luz de luna y de los focos del auto, ni la habladuría apresurada de Spencer, lo hacía todo más silencioso y abrumador, y empeoró cuando estacione fuera de casa, las luces encendidas y la puerta entreabierta, marque a Hotch.

"Hola soy Aaron Hotchner, deje su mensaje después del tono"

—Hola, soy __, si oyes esto, llámame luego, si? Gracias.

Solté un suspiro y me mantuve en el interior del auto, no se veía movimiento dentro de la casa, miré la hora del vehículo y el vuelo de Spencer todavía no salía, así que decidí llamarle.

—¿Cariño?

—Spence, hola, ¿De casualidad no estás en casa?

—No, ya casi subo al avión, ¿No has llegado?

—No— mentí —, Hotch me pidió que hiciera el papeleo hoy.

—De haber sabido que llegabas más tarde habría dejado algunas luces encendidas.

—¿Dejaste todo apagado?— trague saliva duramente— está bien, no te preocupes.

—¿Segura estarás bien? Puedo cambiar mi vuelo para mañana, quizás ir juntos.

—Si, ya casi termino, iré a casa y tú a las Vegas, estaré bien, Spence.

—De acuerdo, nos veremos pronto, te amo.

El colgó sin dejarme responder, solté un suspiro largo mientras miraba mi casa, hasta que todas las luces se apagaron como si se tratará de un corte de electricidad, la puerta de mi vehículo se abrió y no me dió tiempo a gritar cuando pusieron el pañuelo con aquel líquido adormecedor en mi nariz.

...

Comencé a abrir los ojos y tarde en acostumbrarme a la luz, estructuralmente el sótano era igual al mío, y supe que ya había estado allí, trague saliva al sentir una presencia a mis espaldas, pero las cadenas imposibilitaban mis movimientos, el sonido del choque metálico resonaba en toda la habitación, el perfume barato inundaba mis fosas nasales, sentí asco.

—Que grande estás, ___.

—Ya me libre de ti una vez.

—Y no lo harás de nuevo. Revise tu historial, ahora eres FBI.

—Por gente como tú.

—Que honor— él se sentó frente a mi, del buen vecino Charles ya no quedaba ni la sombra, su sonrisa ladeada era repulsiva al igual que sus ojos desorbitados—. ¿Cómo está tu novio?

Me mantuve en silencio e ignore las muchas preguntas que hizo, preguntas que solo hacía para que yo supiera que él estaba al tanto de mi vida, que me vigilaba, que sabía todo de todos.

—Por cierto, Jack.

—Alejate de ellos.

—¿Di en tu punto débil? Tú hermano, oh no __, tu no tienes hermanos, no tienes padres, no te queda nada. ¡Yo los maté!

—¡Cállate!

Él apretó su mano en mi garganta cortándome el aire, tuve miedo en ese momento, volví a sentirme como aquella vez, indefensa, sola, y acabada.

—Cierra...la boca, perra barata— mi celular comenzó a sonar, él lo tomo y rió amargamente—. Es Aaron Hotchner, contestarás y dirás que estás bien.

Marco al botón verde y dude en hacer lo que se me pedía, pero entendí que no tenía escapatoria al ver el arma de fuego apuntado entre mis ojos.

¿___?

—Hola Aaron, ¿Viste mi mensaje?

Si, lamento no haber contestado antes, Jack acaba de irse a dormir, ¿Que pasó?

—Nada, solo era para avisarte que termine el papeleo y dejé todo en tu oficina, ¿Mañana tengo el día libre?

Asi es, pero si sucede algo te necesito con disponibilidad.

—Claro, descansa.

Igual tú, buenas noches.

Charles cortó la llamada y sonrió satisfecho. Lancé mi cuello hacia atrás y mis ojos se enfocaron en la lámpara cegadora.

—Tu novio en las Vegas, tu familia creyendo que estás bien, tú sin trabajo, nadie sospechara que estás aquí, nadie.

El hombre aplaudió irradiando alegría, quería desahogarme de todas las maneras posibles, sin embargo mantuve compostura, y esto no pareció agradarle.

—Te quedaste en el vecindario, casi pidiendo a gritos que te volviera a encontrar, pero ni siquiera tuve que buscarte, ___.

—No debías salir de prisión, y allí volverás.

—Luego de acabar contigo, linda. Ese es mi único anhelo.

—Pierdes el tiempo.

—¿Debería terminar contigo inmediatamente? Quizás si.

—Eres un asco.

—Nos vamos a divertir tanto, ___.

Bulletproof Agent- Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora