3. L🚨

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Dejé caer mi cuerpo en la cama matrimonial de mi habitación, inmediatamente sentí un olor a fresas difícil de olvidar, mi vecina Jennie estuvo aquí hoy, con esas galletas deliciosas y su actitud aniñada, una de mis almohadas estaba envuelta en una...

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Dejé caer mi cuerpo en la cama matrimonial de mi habitación, inmediatamente sentí un olor a fresas difícil de olvidar, mi vecina Jennie estuvo aquí hoy, con esas galletas deliciosas y su actitud aniñada, una de mis almohadas estaba envuelta en una de sus pequeñas blusas, la acerqué a mí y olí, era maravilloso, un deleite, esa chiquilla estaba haciendo algo en mí, pero eso era algo que no podía permitirme, ella era menor, la responsabilidad caí en mí, su abuela me había dicho eso y lo entendí, había sido muy clara, hasta que Jennie no cumpliera 20 años yo no podría acercarme, debía mantener mi distancia.

Pero ella lo hacía tan complicado, la última vez se desnudó para mí y la sola insinuación de su cuerpo hizo que despertara, dura como el infierno, ni siquiera mi mano pudo aliviarme, me volvía loca y necesitaba liberarme, mi Alfa lo exigía, Jennie cumpliría 20 años en 2 meses.

Dejé la almohada, para poder acomodarme en la cama, quité mis zapatos, volví a acurrucarme en ese olor y caí dormida.

En la mañana siguiente, un olor agradable me despertó, no era la camisa de Jennie, era...comida... abrí mis ojos, Jennie otra vez entró a mi departamento, de eso estaba segura, me levanté inmediatamente, tenía que asearme antes de que subiera.

Luego de ducharme elegí uno de mis trajes casuales y baje las escaleras hasta la cocina, pero no era Jennie, era su abuela y tomaba café tranquilamente, ¿qué hacía aquí?

—Señora Kim, ¿pasa algo malo? — era algo raro que estalla estuviera aquí un miércoles por la mañana, usualmente solo venía los jueves a limpiar y hacer el desayuno

—Hola Lalisa

—¿Pasó algo con Jennie?

—Jennie está bien— me dio una sonrisa cálida— quiero hablarte de algo y también hice el desayuno para ti— me senté y acercó un plato

—Se lo agradezco, ¿De qué quiere hablarme?

—De mi nieta, por supuesto— suspiró y presté atención

—¿Qué pasa con ella?

—Seré directa. Ella es lo más lindo que tengo y estamos solas, solo ella y yo, yo soy una vieja ya, así que, Jennie cumplirá 20 años este enero, quiero saber si de tu parte sigue habiendo esa conexión que me explicaste hace años.

—¿Por qué me pregunta eso? Usted es mayor pero aún hay tiempo

—No me malinterpretes Lisa, quiero estar segura de que Jennie estará bien contigo si yo ya no estoy, solo eso.

—Sabe que yo quiero a su nieta, para mi Jennie lo es todo, mi amor y mi omega.

—Eso me consuela, Jennie te quiere mucho y aunque ha estado sufriendo por ti, tiene que entender que hasta que ella no cumpla una edad adecuada no puede haber nada entre ustedes.

—Para mí también ha sido una tortura, sobre todo porque últimamente ella ha estado muy rara, pero voy a cumplir con la promesa y respetaré eso

—Jennie es tan insistente pensando que no le correspondes, si supiera....me da gusto que seas tú su Alfa, nadie mejor.

Sonreí, por supuesto que no había nadie mejor, si fuera otro tipo de alfa, esa promesa estaría rota desde hace tiempo, todo por las insinuaciones de Jennie, pero yo la respetaba y sobre todo, la amaba.

Después de que la señora Kim se fue, revisé los expedientes que ayer me había traído Jisoo, hoy no iría al trabajo, tengo suficiente con esto.

Miré los expedientes toda la tarde, después de un tiempo el timbre sonó, eran las 5:00 pm, debía ser Jennie, dejé mis documentos sobre la mesa y fui inmediatamente.

—Hola Alfa— ahí estaba ella, con esas mejillas hermosas y rojas, los ojos más bellos que había visto, el vestido rosa pastel la hacía ver exactamente cómo eso, un pastel que quería comerme, pero con mi semblante algo frío solo puede reaccionar levemente.

—Hola señorita Jennie— le dije sin más

—Hoy traje lasaña— me extendió la bandeja — también hice muffins, pero tendré que ir más tarde por ellos— sonrió dulcemente

—Gracias

—¿Puedo pasar mi Alfa?

Me hice a un lado, ella pasó dejando su olor a fresas, la comida olía increíble, pero ahora lo que tenía ganas era de comerme otra cosa.. miré las piernas de Jennie y su forma delicada de caminar, si yo pudiera tomarla y.........

Dejé de lado esos pensamientos, ella podría darse cuenta de mi falta de cordura, debía alejarme, aunque su abuela me había pedido no dejarme llevar, no había dicho nada de pensar cosas con su nieta, sobre todo que ahora solo faltaba 2 meses para su cumpleaños 20, todo en mí se desarmaba.

—Alfa, ¿en qué piensa? La veo muy pensativa

—En nada, señorita, la comida huele muy bien

—Mi abuela me ayudó, sé que te gustaría

—Me encanta— dije sin pensar, ella aplaudió emocionada y fue hasta la cocina, la vi ahí, tomando algunos platos y los cubiertos, dejé la lasaña sobre la mesa.

—¿Comerá conmigo?

—Si Lili— esa sonrisa con los dientes que mostraba me dejaba fuera de combate, la amaba.

Organizó los cubiertos y los platos, la ayudé con los vasos, serví ambos platos con lasaña, Jennie no paraba de hablar de cómo le fue en la escuela, además de lo que quería hacer una vez terminara, llena de ilusiones, yo cumpliría cada una de ellas.

—Después Rosé, hizo algunas bromas telefónicas, ella está demente

—Señorita, eso está mal, no debería

—Pero, fue divertido, además esa Alfa se lo merecía— hizo un puchero que moría por morder.

Terminamos de comer, Jennie dijo que tenía que ir al baño y se fue, sin antes decirme que debía ir por los muffins que había preparado, entré en el departamento donde ella vivía con su abuela, antes ya lo había hecho, así que hallé los postres y salí.

Los dejé en la mesa de la cocina y comencé a recoger los platos, arregle mis mangas para lavar, extrañamente Jennie estaba tardando, así que me apresuré y fui hasta el baño, pero no estaba ahí, no me molestaba, pero sabía dónde estaría entonces, mi habitación.

Nini no entendía absolutamente nada, estaba lista para regañarla, pero un fuerte olor a hormonas de Omega me dejaron fuera de combate, abrí la puerta de la habitación y entré ahí.

Ella mordía su labio inferior, dejaba a la vista su hermosa vagina con sus pequeños dedos haciendo movimientos torpes, ella gemía sobre mi cama con ese líquido saliendo de su hermosa entrada.

—Alfa Lilii....— soltó un gemido.

Hoy moriría o me mataría ella.

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Arréstame LiliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora