- Cruel Loves -

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El amor es cruel

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El amor es cruel.

No recordaba con exactitud la primera persona que se lo dijo, pero aún estaba grabado en su mente, quizás es esa la razón por la que él siempre tiembla impotentemente sobre su piel mientras Ran grita estridente en sus oídos alterados por la resaca.

—Mierda ya te dije que no me metí con ella, por dios Sanzu… podrías no ser una maldita perra dramática.

—Quizás si no te comportaras como una puta zorra Ran, se supone que somos pareja desde hace cinco malditos años, ¿Y sales con esta mierda?

Responde igual de irritado, no solo por el ruido, la luz y el aroma a sexo en el lugar, una chica se viste rápidamente detrás de ellos, arreglando su ropa media desecha, Ran trata de manipularlo, lo sabe porque tiene esa mirada de “yo no hice nada”, la misma que pone cuando hace una broma a su hermano menor o se come las chucherías de Koko que el guarda meticulosamente en la nevera del salón de la sede de Bonten, tiene veintidós años y siente que su vida no debería ser tan caótica, pero este tipo siempre mete turbulencia cuando necesita calma, el dolor de cabeza se intensifica cuando lo ve a punto de soltar otra vil falacia a través de ese rostro angelical que trata de convencerlo de que no lo ha engañado.

—Escucha, la ayudaba porque estaba muy ebria, ¿Sí?, santos cielos no me metí con ella, entiéndelo.

Ran está vestido bien, pero no pasa de ser percibido el aroma ajeno en su ropa y el ligero lápiz labial en su cuello, él es un demente, así que puede verlo claramente. Algo pasó ahí.

Algo que Ran trata de convencerlo de que es mentira.

La chica se marcha apenada, con el rostro agachado, temeroso del omega fiero al que ha hecho enfurecer, casi puede verla temblar con sus escuálidas piernas asustadizas y perderse de su vista antes de que la decapite.

El peli-rosa toma aire, sintiendo la opresión de su pecho incrementarse cuando se da la media vuelta y sale de la habitación no sin antes dejar un “vete a la mierda” detrás de él.

Avanza a paso rápido resonando el pequeño tacón de sus zapatos de vestir mientras el saco hecho mierda se desparrama por sus hombros, Ran siempre es así, lo sabe, incluso si está enfadado y se marcha, incluso si es un desastre él no irá detrás del peli-rosado, no, él esperara un tiempo, orgulloso y resignado al enfado ajeno, le “dará espacio”, aunque se siente más como si lo estuviera ignorando, pero está bien supone, porque siempre habían funcionado así, esa era su primer pelea de mayor impacto, la más fuerte si se podía llamar así.

Sube a su auto molesto, sin mirar atrás, sin girar la cabeza o buscar al proveedor de su migraña, sacó los lentes negros de sol de la guantera y se los coloca, del espacio del porta vaso saca un empaque de mentas y mete uno a su boca para refrescar el sabor amargo en sus papilas gustativas, alza la mirada entonces al camino, mirando el edificio frente a él, el club nocturno y hotel de Tenjiku, una de sus propiedades, es tan magnífica que duele saber que no hay ningún tipo de cabellos dorados con mechas negras esperando en la acera a que baje de su auto.

𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄 ||| [ʜᴀɴᴢᴜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora