Habían platicado infinidad de veces sobre lo que le gustaba a la otra al momento de tener sexo, después de años Annie podía saber perfectamente lo que necesitaba Mikasa, y viceversa, cuando los ojos azules de la rubia se ponían en un tono más oscuro, la azabache sabía que lo que necesitaba no era esa versión suave y delicada que solía tener, sino su firmeza y agresividad, aquella que la hacía entrar en una personalidad sumisa y complaciente, esa misma mirada que tenía en ese momento recostada en la cama frente a Mikasa, recargada en sus codos una pierna doblada y la otra estirada, atenta a cualquier movimiento que le anticipara la siguiente acción.
La escena era bastante erotica, la luz baja, las copas de vino a un lado, Annie recostada con la lencería que abrazaba su atlético cuerpo y Mikasa frente a ella utilizando el gran regalo que le había obsequiado la rubia. Era uno de esos dildos de doble estimulación con una extensión que con cada movimiento rozaba el centro de Mikasa, un escalofrío recorrió su espalda al imaginar el placer que estaba por sentir. Annie al ver cierta duda en su rostro comenzó a gatear hacia ella, sus pechos se asomaron más de lo que estaban, sus movimientos eran lentos y provocadores, una vez que estuvo a la orilla de la cama tomó la mano de Mikasa y la guió desde su centro, pasando por su abdomen y entre sus pecho hasta llegar a sus labios, metió el pulgar a su boca, lo rodeo con su lengua e hizo una succión, Mikasa la miraba con las pupilas dilatadas y su boca ligeramente abierta, retomando el control puso su mano rodeando el cuello de Annie y apretó ligeramente empujandola hacia atrás.
La rubia ahogó un gemido al notar la nueva seguridad de la azabache, su mano aún estaba aferrada a su cuello haciendo una presión leve, Mikasa se acercó a sus labios, Annie por inercia levantó su cabeza para besarla pero sintió un apretón fuerte y su cabeza regresar bruscamente a la almohada.
-Tienes que ganartelo. -Dijo firmemente Mikasa.
-¿Qué quieres que haga?
Annie apenas pudo susurrar, moviendo inconscientemente sus caderas para finalmente tener contacto con la entrepierna de Mikasa. La más alta noto su intensión y apretó sus piernas para inmovilizar a la rubia de nuevo y evitar que se estimulara.
-Se buena chica. -Respondió y comenzó a devorar su cuello.
La respiración de ambas se mezclaba mientras los labios de Mikasa recorrían la piel de Annie, prácticamente fundiendose una en la otra, las mordidas comenzaban a dejar marcas rojas sobre la pálida piel. Mikasa la tomó de las caderas, cambió los lugares y colocó facilemente a Annie sobre ella, apoyándola sobre el dildo, sintió sus piernas temblar y apretarse contra ella, un gemido sonoro salió de ambas, comenzaron a moverse rítmicamente y la azabache se apoyó en sus antebrazos para ver mejor.
-Muévete. -Ordenó.
Podía ver perfectamente cómo desaparecía y reaparecia el juguete entre las piernas de Annie, sus movimientos hacia atrás y adelante eran lentos y apretaba el abdomen de Mikasa para pegarse más hacia ella, podía ver en sus rasgos que lo estaba disfrutando pero no del todo como ella, así que estiró una mano e hizo la lencería hacia un lado, escuchó un sonido ahogado de la rubia cuando su centro toco directamente a Mikasa, aprovechó para rozar su clitoris con el pulgar pero la molesto el no escuchar nada a cambio.
-No te reprimas. -Dijo.
Al instante la habitación se inundó de pequeños gemidos, con cada movimiento, Mikasa decidió que ya había jugado lo suficiente con la paciencia de Annie, la acercó a ella para finalmente besarla. Sus labios encajaban perfectamente y sus lenguas se resbalaban entre sí, saboreandose y disfrutando de la otra, Annie sintió su mente nublada y un ligero mareo de lo excitada que se sentía, la azabache acarició su costado y bajó la mano hasta sus piernas para comenzar a rasguñar un poco, eso la hizo estremecerse. Puso su mano entre ambas y con la otra levantó las caderas de Annie, el beso fue pausado.
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One Shots - Mikannie
RomanceQue les digo, todas son hot y se incluyen algunos ships. +18