Traición

Capitulo 3

Lo supo una semana después que su adorado Yiyi se había mudado, nadie sabía que el azabache estaba siendo amenazado por la familia de Yangzi.

Ella le había comentado a su padre que le gustaba el azabache, al principio Zhan también había sentido química por ella, había sentido emoción, atracción.

Pero conforme paso el tiempo el se dio cuenta que eso no era amor, era algo pasajero, eso simplemente algo pasajero, algo sin fundamento.

En esos momentos supo que el había estado enamorado de su mejor amigo siempre, el había llamado a su prima y le había comentado, ella le dio ánimos para que se confesara y fuera feliz de una vez por todas.

Le explicó que en el amor no importa raza, color, ni sexo, que el amor no tiene genero, también le confesó que ella estaba en una relación con una mujer y se sentía plena.

Esa simple confesión de su prima hizo entusiasmar el loco enamorado corazón del joven azabache, tomo valor y ese día se confesaría con su adorado Yiyi.

Pero lo que el no sabía era que Yangzi había logrado escuchar parte de esa conversación.
Sabía que el estaba enamorado no logro saber el nombre, ella creyó en su mente que era una mujer.

Jamás imagino que su novio era bisexual, pero ella lo quería a pesar de todo, ella le dijo a su padre.

El señor Yang dispuesto a darle todo lo que su pequeña quería, hizo sus investigaciones, de quién era la persona que le quería robar el novio a su hija consentida.

Él, la malcrió, le dio todo a manos llenas, luego de la muerte de su adorada esposa, el, le daba todo ya que Yangzi era el retrato en vivo de su de ella.

Luego de saber la verdad, tomo ese asunto en sus manos, sin lograr decirle nada a su hija, sabía que ella podía comerte un crimen.

Ella había sacado su carácter y el no quería que su niña se manchará las manos y el le encantaba poner entre la espada y la pared, era por eso que el, llamaba a Zhan para amenazarlo que si dejaba a su hija el mataría a la persona que amaba.

Xiao Zhan por miedo que le pasará algo a su bebé león, se alejo de el, le dolía el alma ver cómo el brillo de esos encantadores ojitos color miel, perdían su brillo y como lentamente su sonrisa se apagó.

No le quedaba de otra que observarlo aunque sea de lejos, muchas veces logro siempre cuidar de el, aunque el castaño no lo supiera.

En las noches lloraba amargamente por no poder estar a su lado, por no poder abrazar suavemente y a la vez posesivo esa pequeña cinturita que el sin saber lo volvía loco.

Empezó a sufrir de insomnio, se volvió frío con los demás, se volvió hipócrita demostrando ante todos sentimientos que no tenía por Yangzi.

Pero cada momento, cada hora, todas las noches y mañanas siempre se repetía frente al espejo que todo lo que hacía era por amor, por el bien de su alma gemela, por amor a su Yibo.

No importaba todo lo que tenía que fingir y aguantar, esa distancia lo mataba, pero también era una muestra de su amor secreto, todo lo hacía por amor.

No podía contarle a nadie sobre su problema, eso sería una sentencia de muerte a quien supiera la verdad, ya que eso significaría meterlos en problemas y eso era lo que el estaba intentando a toda costa.

No quería que alguien más sufriera por su culpa, el cargaría con esa cruz, con las consecuencias de sus actos, debería aprender a no emocionarse a la primera con nadie, ese sería el primer consejo que les daría a sus hijos en un futuro.

Quería proteger a sus padres, al amor de su vida y así mismo a los señores Wang, quienes serían sus suegros en un futuro no muy lejano.

Tuvo que pedirle matrimonio a Yangzi porque esa fue la orden que recibió cuando el señor Yang, ese mal nacido estaba vivo, sino quería que matarán a su castaño, a su Yibo.