Capítulo I: ¿Qué te regalo?

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El cumpleaños de Valentina se encontraba a la vuelta de la esquina, Juliana estaba en una encrucijada ¿qué puedes regalarle a alguien que lo tiene todo?

Por más que pensaba y pensaba, nada se le venía a la mente... Estaba aprovechando su hora libre en el colegio para buscar inspiración en internet; de pronto, le llegó la iluminación divina. Recordó que por ahí le debía una apuesta a Valentina de cuando aceptó que Mila durmiera en su habitación, quizás eso funcionaría como una parte de su regalo, aunque no estaba del todo convencida.

– Piensa Juliana, piensa...– Se decía en voz alta mientras daba vueltas en su silla con llantitas, ya sabemos cuánto le gusta hacer eso. – ¿Y si vamos al rancho y le hago una cena romántica? Mmm no, eso ya lo hicimos...¿Y si nos vamos a montar a Trueno y a Bonita? Ay no, eso también ya pasó.

Soltó un resoplido de frustración, no se le ocurría nada para celebrar.

– ¡Ya sé! ¡Sí, sí, sí! ¡Eres una genia, Juliana! – Gritaba y se echaba porras ella misma.

Rápidamente se puso a buscar en su computadora lo que se le había ocurrido, estaba segura que Valentina jamás lo había hecho y pues ella, ni de loca se subía sola a esas cosas, así que sería una aventura para las dos.

Estaba tan concentrada buscando la agencia adecuada que no se dio cuenta que D la miraba muy divertida desde la puerta de su salón.

– ¡Hey, bitch! – Gritó D aprovechando para picarle las costillas a su amiga.

– ¡DANIELA! ¡Me asustaste!

– Pues yo no sé qué es lo que estás viendo tan concentradita que ni cuenta te dabas que aquí estaba, ¿viendo los nudes de tu rubia o qué? – dijo asomándose a espiar en la computadora.

– ¡Claro que no! ¡Estamos en la escuela!

– ¿Y qué? ¿A poco nunca te ha enviado fotos prohibidas mientras estás trabajando?

– Definitivamente no voy a responder a eso...– Dijo la morena con el ceño fruncido.

– El que calla, otorga...

– Il qui cilli itirgui – la arremedó Juliana –Ya dime ¿qué onda?

– Nada, quería ver si tenías la hora libre para chismear un rato ¿de casualidad te trajiste de esas delicias que vendes en "Entre páginas y tú"? – Cuestionó haciendo un gesto juguetón con las cejas.

– Que bueno que nuestra amistad es desinteresada... – Dijo la morena colocando en su escritorio un tupper lleno de postres que había llevado especialmente para su amiga.

– ¡Te amo, JJ! ¡Vaya que te amo! – Gritó mientras se llevaba a la boca uno de los panecillos.

– Yo también D, pero solo como amiga – esto último provocó una gran carcajada en ambas misma que debió ser controlada cuando escucharon las voces de sus alumnos, la hora libre había terminado.

Ese día por la tarde, Juliana se encontraba en "Entre páginas y tú" continuando con su investigación sobre la agencia que contrataría para el cumpleaños de Val.

En una de sus pláticas con Tamara, recordó que le había contado que Sebastián la llevó a un paseo de esos para su 10º aniversario, así que decidió marcarle para ver si le podía pasar los datos, era mejor ir a la segura con una agencia que alguien recomendara, no quería que el cumpleaños de su ojiazul se arruinara con una mala experiencia.

– ¡Hola, cuñis! ¿Cómo estás?

– ¡Hola! Bien ¿y tú, cuñis?

– ¡Genial! Aunque rompiéndome un poco la cabeza con el regalo de Val.

Pide un deseo, mi amor | JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora