Tengamos un común acuerdo - (Lemmon)

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Álvaro P.O.V

Estoy besándola, en la parte trasera de un taxi, camino a mi apartamento, a las dos de la mañana, quiero sentirla más mía, sé que de esto no me voy a arrepentir, yo sé que ella lo quiere tanto como yo, no para de morderme el labio, necesito llegar a casa con esta chica ya mismo... Aunque aún no me creo que esté a punto de pasar, todo fue tan rápido...

Nueve horas antes:

Qué mal lo paso siendo un hombre solitario y sin pareja, pero... tampoco quiero tener una relación seria, soy tan complicado, y es que sólo lo que me hace falta es divertirme, estar con alguien sin compromisos, pasármelo bien aunque sea una noche, hoy quiero encontrarme con alguien con las mismas necesidades que yo, para ser exactos una mujer, necesito pasión carnal, y estoy dispuesto a conseguirlo.

Me meto a la ducha, y me tallo bien el cuerpo, sintiendo como cae el agua caliente sobre mí, placer de la vida, no tan importante como el sexo, pero algo es, salgo con una toalla en mi cintura y con otra me seco el cabello y la cara, y entro a mi habitación a buscar ropa, estoy ansioso porque llegue la noche, es la primera vez en mucho tiempo que no hago estas cosas y me siento nervioso, me pongo una camiseta sin ningún tipo de estampado negra, unos jeans y una chaqueta gris, decido entrar al baño, me arreglo la barba y peino mi cabello un poco con los dedos, ceno algo y tomo mi cartera, mi móvil y mis llaves para después salir a la calle.

Conozco un bar perfecto para empezar mi cacería, si se puede decir de esa forma, así que tomo un taxi y le indico al chofer la dirección del lugar, siento un poco de curiosidad por quién me vaya a encontrar, no sé si esta noche de verdad encuentre a alguien que me quite estos deseos de tener tanto placer hasta terminar seco, pero no dejaré de lado esta idea. Empezaba a hacer frío en la calle, bajé del taxi, pagué y decidí entrar al lugar, el ambiente que había iba a ayudar mucho para lo que estaba buscando, me senté en la barra y pedí un vodka con jugo de arándanos, me acomodé en el banco de tal forma que pudiera ver a la gente que estaba en el lugar y la nueva que entraba, estudiaba a las chicas, muchas iban acompañadas. Pasaron horas y no había nadie que llamara mi atención, sentía que el haber salido sólo fue una pérdida de tiempo, y me hacía pensar que esta no es la mejor forma de tener algo con alguien, hasta para esto tengo mala suerte, estaba por irme ya a casa, pero algo hizo que girara mi cabeza hacía la entrada y la vi, una chica muy guapa, con cabello lacio castaño, no tan alta, con un vestido azul corto, que me tentaba, tacones no muy altos eran del mismo color de su vestido, se acercó a la barra y pidió un whisky, se sentó a dos banquitos a lado del mío y se quedó allí mirando su móvil, yo la veía de reojo, no me animaba a hablarle, estaba nervioso, pero vi como dos amigos la estaban comiendo con la mirada, me enfadé, y me acerqué a ella sin pensármelo, no dejaría que alguien más la probara antes que yo, y menos alguien tan vulgar como aquellos dos

-¿Qué tal?-dije tranquilo, ella me miró y sonrió de una manera muy coqueta

-Hola-contestó muy cortante

-¿Has quedado con alguien?-le acaricié un mechón de cabello que le tapaba su ojo derecho

-No-le dio un sorbo a su whisky, luego me miró-¿Tú?-preguntó

-Tampoco-me senté a un lado de ella y acerqué mi bebida

-¿Entonces qué haces aquí?-miró la hora en su móvil y lo guardó en su bolso pequeño que traía

-Bueno...sólo quería conocer gente-no iba a decirle que estaba buscando con quién follar

-Bien...Yo...-suspiró-en realidad sí quedé con alguien, pero el hijo de puta me ha dejado plantada-sonrió cínicamente

-Pfff... Odio la gente que queda mal-tomé un trago a mi bebida

-Dímelo a mí...-después de eso no hablamos mucho, yo sólo hacía ademanes y le lanzaba indirectas de lo que buscaba, ella me coqueteaba

-Quieres o no?-le solté sin más, ella se quedó mirándome, sonrojándose poco a poco

-Quiero, pero hay que ser prudentes-contestó riendo

-A nadie le diré, tranquila-le sonreí, ella asintió y empezamos a beber más, pero no en exceso para no embriagarnos, sentía el ambiente ya, sin hacer nada sentíamos esta tensión sexual, ambos necesitábamos probarnos ya, le hice una seña para que me acompañara a la salida de este bar y ella me siguió, fuimos discretos al salir, tomamos el primer taxi que se paró en frente, mirando bien alrededor, di la dirección para después besarla de una manera salvaje y sensual, me detuve un poco, estábamos llegando a mi casa, pagué al taxi e hice que rápido me siguiera, la jalé del brazo antes de entrar a mi apartamento y la volví a besar, entrando la guié a mi habitación, la senté en la cama y poco a poco nos fuimos acostando, yo encima de ella, la tocaba por encima de su indumentaria, que quería quitar ya, ansiaba sentirla sin nada, besé su cuello, mientras le desabrochaba el vestido azul que traía, y lo bajé hasta sacarlo completamente de su cuerpo, ella me abrió la sudadera y yo me la quité seguidamente de la camiseta

-Quiero hacer de todo, pero solamente eso-me dijo tomando distancia con su mano

-Yo también, no hablaré de amor, te lo prometo-ella se acomodó, quitándose el sostén y lo aventó lejos de nosotros, la perversión tomó mi cuerpo completamente y no dudé en cogerla de la cintura, agaché mi cabeza para lamerle un pezón, ella gimió bajito, mientras se bajaba las braguitas que traía yo me quité el pantalón y luego el bóxer, la agarré de los tobillos y la jalé hacía a mí, me mojé los labios y me acerqué a besarla, acaricié su espalda y ella enredó sus dedos en mi nuca, me alejé un poco sólo para lamerle la barbilla, necesitaba tanto esto que hice que se abriera de piernas rápidamente, para introducirme dentro de ella, no lo dudé dos veces, quería sentir de nuevo este placer después de tanto tiempo, la agarré fuerte de la cintura, entrando en ella de jalón, sintiendo como estaba de apretada, gritó fuerte arañándome la espalda, me excitó esa manera de demostrar el placer que sentía conmigo, empecé a moverme rápido, mientras le seguía dándole caricias y una que otra nalgada, ella de repente me jalaba el cabello y yo la mordía, todo era muy intenso y pasional, no podía dejar de moverme, quería que me sintiera hasta adentro, después de un largo vaivén ella llegó antes que yo, su gemido final hizo que me pusiera más caliente y comenzara a moverme más salvajemente y más rápido, sintiendo como iba a llegar; di una última embestida para salir justo a tiempo de ella y correrme en las sábanas aunque sin querer chorreé en su intimidad un poco, dimos un gemido al final que dio lugar en toda la habitación, ella cayó dormida, yo me quedé mirándola, era muy linda, no parecía de esas chicas que sólo buscan sexo y ya, pero bueno, no pensaré a fondo, sólo quería un poco de diversión y es todo, ¿no? Me acosté a su lado y pasaron las horas mientras dormíamos juntos, ya por la mañana vi como se vestía y me senté para mirar la hora

-Es hora de irme-sonrió mientras se hacía una coleta alta

-¿Segura?-dije mirándola como no queriendo decir lo que dije

-Si, sólo querías una noche-se pintó los labios mirándose al espejo mientras decía esa frase, no sé si tomármelo a mal

-Sabes que dos estaría mejor-dije con voz seductora, ella se carcajeó y sin decir nada más me besó la mejilla y salió de mi apartamento, yo me quedé allí, desnudo mirando a la puerta, no sé cuánto tiempo pasó, pero vi como un papel volaba de la puerta hacia a mí, por el aire del ventilador que había encendido minutos antes, lo tomé cuándo cayó al suelo:

"¿Un acuerdo? Me llamo Diana, llámame..." y abajo tenía el número de la chica con la que había estado anoche, bueno... Si sólo será sexo cuándo se nos pegue la gana no es mala idea, y así no pillo alguna enfermedad por andar buscando en otras chicas, aunque... no quiero que piense que me he enamorado de ella, me apetece llamarla en algún momento, esa pizca de depravación en ella es... demasiado sensual, habrá una segunda ocasión, me pone demasiado esta mujer.

One Shots TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora