Odiaba entrar al gimnasio, de verdad que lo odiaba, pero debía hacerlo, tenía que estar con Rob; mi hermano y casi siempre estaba ocupado así que esta es mi única solución.
Normalmente me pongo a ayudarlo con los chicos a los que entrena así que me acerqué a él para saber a cual tenía que revisar hoy.
—Hey Rob! —interrumpí su charla con un chico, guapísimo la verdad pero importancia a lo importante
—Megan! Que bien que estés aquí, puedes revisar a Aiden hoy? —habló señalando al tipo con él que hablaba
—Claro sin problema, venga Aiden, empieza que no tengo todo el día.—hablé caminando con él detrás de mi
Un largo rato de entrenamiento, golpes y lucha en el cual Aiden no paraba de hablar y hablar decidí parar.
—Tus golpes no van en el ángulo correcto, parece que acaricias a tu oponente, nada de fuerza impactante.
—No puedo romperle nada, es ilegal, Megan. —Dios que bien sonaba mi nombre
—Un golpe con fuerza no tiene que romper ningún hueso a nadie. —hablé seria
—Demuestralo.—dijo retandome
No sabe que acaba de hacer. Me levanté de donde estaba y protegí mi mano.
—Estás seguro? —el simplemente asintió
Me preparé en mi posición y golpeé, el se lo busco, yo no hice nada.
Que como estamos ahora en los vestuarios? Le rompí la ceja, seee, la ceja, buen golpe, Rob estará orgulloso.
—Dijiste que no rompería nada! —chilló él
—Dije hueso! Ningún hueso! —grité marcando la palabra hueso
Y así siguió la pelea hasta que Rob llegó a regañarme por pegar a Aiden, muy injusto me parece.
