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A la hora de salida, Seungmin esperó afuera de la escuela por su mejor amigo, quien aún no salía de su clase. Se había puesto a jugar con una piedra que había en el suelo rodándola con su pie para luego patearla lejos de él y miraba la puerta, deseando a que milagrosamente su rubio amigo saliera.
—¡Minnie! —y como si alguien allá arriba lo hubiese escuchado, apareció el mayor, llamando su atención—. No te hice esperar mucho, ¿verdad? —dijo, una vez llegó con el menor.
Seungmin sólo negó y ambos jóvenes comenzaron a caminar en un silencio bastante cómodo, ninguno decía nada pero sabían que no importaba, se sentían bien así. Al llegar a la casa del castaño, se quedaron afuera un rato sin saber qué hacer.
—¿Q-quieres pasar? —dijo el menor, algo tímido. Lo cual era tonto, pues el rubio ya había visitado incontables veces su casa—. Mi padre no vuelve hasta tarde, p-podemos ver una película.
Chris hizo una mueca, pensando en si era buena idea. Después de un rato asintió. Seungmin sonrió y se puso a buscar sus llaves, cuando las encontró, las metió en la cerradura y entraron a la casa.
—Siéntate, sabes que estás en tu casa —habló Kim, dirigiéndose a la cocina para preparar algo de palomitas—. Escoge la película que quieras.
El rubio hizo lo que el menor le pidió, buscando alguna buena película que ambos disfrutaran ver. El castaño era muy miedoso así que descartó las películas de terror. Por lo que decidió que verían una comedia romántica, después la metió en el DVD y se dirigió a la cocina donde se encontraba Seungmin revisando su celular mientras esperaba a que las palomitas se hicieran.
—¿Quieres que te ayude en algo? —habló el rubio y Seung dio un pequeño salto, guardando el aparato en el bolsillo de su pantalón.
—Mhm, ¿Puedes llevar la soda a la sala? —dijo el menor después de pensar un poco. El mayor asintió y buscó en el frigorífico las bebidas para después llevarlas y dejarlas en la mesa de centro.
No hizo falta volver, pues Seungmin ya llevaba las palomitas en un tazón. Tomó asiento colocando este es medio de ambos para que pudiesen agarrar. Christopher le dio play a la película y ésta comenzó.
Ninguno decía nada, sólo disfrutaban de la película. A ambos les gustaba la comedia romántica por lo que al menor no le importó mucho la elección del rubio. Era su favorita de hecho, la había visto incontadas veces que podría jurar que se sabía los diálogos de memoria.
—Creí que no te gustaba ésta —habló Seung, rompiendo el silencio que se había creado, sin despegar la vista de la televisión.
Chris se encogió de hombros.
—No es mi favorita pero puedo verla —dijo sin interés—. Además sé cuánto te gusta.
El castaño quiso reprimir una sonrisa.
Ninguno volvió a hablar, siguieron mirándola y de vez en cuando agarrando palomitas.
Cuando el mayor iba a tomar otro puñado de palomitas, se encontró con la mano de Seungmin, ambos se voltearon a ver sólo un momento. Hasta que Chan decidió romper el contacto algo nervioso, sacó la mano del razón y siguió viendo la película.
—Christopher —llamó la atención del aludido.
<<No, ¿qué mierda haces?>> se dijo el castaño a sí mismo.
El rubio aún nervioso hizo un sonido con la garganta para que supiera que lo estaba escuchando.
—Bésame —habló en un susurro, mirándolo.
Bang abrió los ojos de par en par, sin creer lo que acababa de escuchar.
De acuerdo, él ha estado permitiendo esto y claramente no era la primera vez que se lo pedía.
Pero, ¿debería seguir cediendo? ¿Estaba bien? Ellos son amigos, ¿no? Christopher a éstas alturas ya ni sabía.
El rubio debía admitir que sí, se había encontrado a sí mismo disfrutando de besar los labios de su... lo que sea que fuera. Sin embargo, éste creía que definitivamente se le estaba yendo de las manos.
No había ningún movimiento de parte del mayor y Seung comenzaba a pensar que se estaba aprovechando.
—¿Podemos olvidarlo? Yo... —ni siquiera pudo terminar la frase, en un abrir y cerrar los ojos, se encontraba sobre el rubio y éste último estampó sus labios sobre los del menor. Seungmin no lo pensó dos veces y correspondió el beso.
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