008 (two)

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Varias horas después, llegaron a su destino.

Los jóvenes comenzaron a bajar y a tomar sus pertenencias, para dirigirse a la casa que habían alquilado.

Era algo grande, lo suficiente para ocho personas. Estaba pintada de un color coral, había algunas decoraciones en esta. Era de dos pisos, contaba con cinco habitaciones, tres baños, la sala de estar y la cocina, que tenía una isla de mármol blanco.

Enseguida, escogieron sus cuartos y Seungmin estaba seguro que nunca había hecho mejor elección que ésa.

La habitación era amplia, se encontraba en el primer piso, había una cama matrimonial, pintada de un azul marino, un tocador de madera y tenía canceles con una bella vista al mar.

El castaño estaba encantado con el dormitorio.

—¿Te gusta? —habló una voz que reconocería en cualquier lado, haciéndolo saltar un poco, pues seguía viendo cada detalle del cuarto.

Cuando volteó a ver el dueño de la voz, vio a Christopher, que se encontraba con las valijas en las manos, dejándolas al lado de la puerta.

Seungmin estaba seguro que él ya había dejado las suyas.

<<No puede ser, ¿va a quedarse conmigo?>> se preguntó Kim, esperando que no sean las maletas del mayor.

—T-tú , —comenzó, algo nervioso, sin mirar al rubio— ¿Vas a dormir a-aquí?

Chan rió levemente y se acercó al de cabellos castaños, tomándolo por la cintura, lo apegó a él y lo besó. Seungmin no pudo evitar corresponderle.

—¿No quieres que esté aquí contigo, Minnie? —inquirió, cuando se hubieron separado, haciendo un leve puchero.

Mierda, quería pero había algo que se lo impedía.

Seungmin no supo qué responder, así que sólo agachó la mirada, evitando mirarlo.

—Si no quieres está bien —susurró y depositó un pequeño beso en su frente, listo para darse la media vuelta, tomar sus pertenencias y salir.

Ya encontraría con quien dormir.

Kim tomó su mano, deteniéndolo, haciendo girar al mayor extrañado. El castaño negó con la cabeza lentamente.

—Quédate conmigo —dijo en un susurro, mirándolo suplicante.

Bang sólo se limitó a reír leve y asintió.

Enseguida comenzaron a desempacar sus cosas y cuando acabaron, se dirigieron a la cocina, donde estarían los demás chicos. Morían de hambre así que decidieron hacerse algo de comer. Cuando terminaron, todos se sentaron a comer, y de vez en cuando bromeando, provocando risas en los jóvenes.

—¿Deberíamos de meternos al agua después? —inquirió Hyunjin, mirando a los presentes.

Si dudarlo dos veces, todos asintieron emocionados. Por lo que, después de comer y limpiar, fueron a sus dormitorios a cambiarse y usar sus trajes de baño.

Seungmin no quería ni alzar la mirada, estaba demasiado apenado y no entendía cómo es que el mayor estaba tan normal.

Literalmente se estaba cambiando en frente del castaño sin pudor alguno.

Kim, por su parte, traía un short de mezclilla y su camisa negra aún debido a que no quería cambiarse en frente del rubio.

No quiso, mierda, de verdad que no pero cuando su mirada se posó en el cuerpo de Bang, tragó duro.

Se veía tan jodidamente caliente que el castaño sintió como si le hubiesen robado el aire. Porque, a pesar de que no tenía el abdomen trabajado, se seguía viendo realmente bien.

Christopher ya traía su traje de baño y su torso estaba completamente desnudo, podía apreciar aquella linda piel bronceada.

—¿Te gusta lo que ves? —se burló el rubio en cuanto atrapó al menos viéndolo, sonriendo de lado.

Seungmin enseguida volvió su mirada al suelo mientras jugaba con sus dedos, incómodo. Sentía sus mejillas enrojecerse.

Bang soltó una sonora carcajada, acercándose a su amigo de cabellos castaños y se puso de cuclillas frente a este, apoyando sus manos sobre las rodillas del menor.

—Está bien, solo bromeaba —sonrió levemente, para luego darle un pequeño y corto beso— ¿No te vas a cambiar? —cambió de tema.

Debido al inesperado beso, Seungmin se encontraba con la mente en blanco. Hasta que se dio cuenta que el rubio le había hablado.

Enseguida asintió frenéticamente, provocando risas leves en el más alto.

—C-claro, yo... iré al baño —dijo, tomando sus cosas, dispuesto a salir de la habitación. Sin embargo, una voz lo detuvo.

—Puedes cambiarte aquí si gustas —sugirió el mayor, con descaro.

Kim sintió como todos los colores se le subían a la cara. Provocando más risas en el rubio. Y sin decir más, salió del dormitorio.

Cuando regresó a la habitación, Chris seguía en la cama, sentado recargado en la cabecera de esta, mientras revisaba su móvil. No se había dado cuenta que Seungmin había regresado hasta que el menor dejó caer uno de los ganchos al piso estrepitosamente.

El rubio abrió los ojos y miró al castaño, sorprendido.

—¿Cuándo has llegado? —cuestionó.

—Hace un rato, en realidad —admitió el menor.

Seungmin terminó de guardar sus cosas en el armario y sacó el bloqueador para evitar quemarse con los rayos del sol. Prosiguió a echarse en el torso, brazos y un poco en la espalda.

Estaba tan distraído que lo siguiente que vio fue como el bloqueador le fue arrebatado de sus manos. Cuando se giró, vio a Chris echándose en la mano para después sentir sus manos en su espalda y comenzar a esparcir el líquido blanco por esta.

El menor se sentía algo incómodo, pero se sentía incapaz de decirle a Christopher que parase. Además, no alcanzaba bien su espalda y lo último que quería era regresar a casa con la piel roja debido a los rayos solares.

—Gracias —susurró el de cabellos azules, cuando el mayor hubo terminado.

Chan se limitó a sonreírle levemente, dándole a entender que estaba bien. Para después depositar un pequeño beso en la nariz del más bajo.

—¿Deberíamos irnos ya? Seguro los chicos ya están afuera —estiró su mano en su dirección, para que así la tomase. El menor asintió frenético, aceptando su mano.

Y así fue, los demás jóvenes se encontraban esperándolos, charlando animadamente con las cosas que necesitarían. Listos para ir a la playa.

𝗞𝗶𝘀𝘀 𝗺𝗲 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora