Cosa de demonios

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Cosa de demonios

La soledad terminó de consumirla, su estabilidad nuevamente desapareció. Sonrió, y los dejó ir, prefirió creer que ya había terminado, que las personas a las que amaba elegían un camino diferente, lejos de ella. Aún sabiendo que ella misma los disipó de sus recuerdos, de su vida.

La peor notica llegó y al final, se rindió. Cayó de rodillas y su alma terminó de oscurecerse al darle vía libre a todas las voces, el odio se acumuló y su única personalidad llena de bondad en un rincón se acurrucó sin temor a que la oscuridad la cubriera también. Como al brillo de la persona a la que dividían.

Demonios corriendo y bailando por todos lados, finalmente haciendo estallar los vidrios de su corazón, procurando que se sostuviera la cabeza rogando un mísero segundo de cordura.

Pero eso jamás existió para ella, nunca supo lo que era y ahora está más lejos que nunca de saberlo. Por eso desapareció, levantó murallas para no lastimar a nadie más que ella, para que sus demonios no tuvieran a quien herir más que a su portadora.

Punto de QuiebreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora