¿Por qué? Lo más importante

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JK

Han pasado ya tres años desde que me casé con el amor de mi vida, lo más importante que tengo después de mis padres. Llevamos una vida tranquila en una hermosa casa a las afueras de Seúl, donde tengo un trabajo muy bien pagado, una muy buena salud y un matrimonio lleno de amor. No podría pedir nada más, tal vez en unos años un cachorro no sería una mala idea, pero aún tenemos mucho tiempo para pensarlo.

Hoy tengo que ir hasta otra ciudad para una reunión con un nuevo socio. Hace ya dos años que no visitaba Busan, mí ciudad natal, ya que un año después de la boda, me ofrecieron un mejor puesto de trabajo en Seúl y decidimos mudarnos aquí.

Es algo nostálgico volver después de tanto tiempo. Aprovecharé para visitar a mis padres, ellos aún viven en la misma casa, donde pasé tantos años de mi vida, el vecindario donde conocí a mis mejores amigos y al amor de mi vida.

Y si hablamos de eso es inevitable recordar a los Park. Ellos siempre fueron amigos de mis padres desde que nos mudamos a esa casa cuando yo apenas era un bebé, por eso siempre los he visto como si fueran mi propia familia.

Mis padres dijeron que aún viven allí también. No he sabido nada de ellos desde tiempo después de mi boda.

Ellos sí estuvieron ahí.

¿Por qué que tu no estuviste ahí? Todavía me lo pregunto.

No sé nada de ti desde aquel día en mi despedida de soltero, esa fue la última vez que te vi. De haber sabido que sería así.... no sé qué habría hecho. Pero estoy seguro, de que no lo que hice.

Desapareciste como si nada, sin dejar rastro de ti. Pasaron unos días y tu no volvías, no diste ni una señal, ni un mensaje, absolutamente nada. Dejaste todo: tu celular, tus tarjetas, tu ropa, no te llevaste nada, tu departamento estaba intacto. ¿A dónde pudiste ir sin absolutamente nada?

Pensé lo peor, estaba realmente preocupado, tanto que incluso casi cancelo la boda, hasta que de repente llego esa llamada.

Solo hablaste con tus padres, diciendo que tenías algo muy importante que hacer, que estabas perfectamente bien y que te disculpabas conmigo por no estar en mi boda, aunque ya me lo habías prometido que estarías ahí.

O al menos eso fue lo que ellos dijeron, por alguna razón nunca estuve seguro de eso, ellos sonaban tan tranquilos que no pude hacer más que creerles, y sentirme terriblemente mal porque ni siquiera me enviaste un mensaje para decírmelo a mí.

Ese día en el altar, una parte de mí siguió esperando que llegaras y estuvieras ahí a mi lado en uno de los días más importantes, pero no fue así.

No apareciste, ni en la ceremonia, ni en la recepción, ni en ningún otro momento, jamás llegaste.

Los días se volvieron semanas, las semanas meses y los meses acumularon tres años, tres años en los que no supe nada de ti. Al año dejé de intentar encontrarte. Cuando cambie de trabajo y me mudé de ciudad, en ese momento entendí que ya no podía esperar y que tal vez esa era una señal de que debía parar. Aunque eso no significaba que tu saldrías de mi cabeza, solo dejé de espera que llegaras.

Y aún ahora no puedo dejar de preguntarme cómo estas, donde estarás, con quién, y lo más importante:

¿Qué era eso tan importante, que te tomó más de tres años?








Déjame ir (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora