¿Por qué? Razón

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Quisiera saber que fue exactamente lo que paso en aquel entonces. Porque, de la nada, ya no pasábamos tiempo juntos, al menos no a solas.


Por alguna razón, esa noche de tormenta, fue la última que pasamos juntos, la última en que me abrazaste de esa manera, la última en que me dejaste protegerte.


No sé qué habrá sucedido, esa noche había sido como todas la otras en que dormíamos abrazados, protegiéndonos mutuamente. Por eso no logro entender que hizo que nos distanciáramos tanto; porque tal vez para los demás no había nada diferente, pero para mí y mi lobo era más que evidente. Porque cuando estábamos en grupo seguías con tu sonrisa y tus típicos halagos y ocurrencias, pero las pocas veces que tú y yo nos quedábamos a solas ya no era igual. Ya no me dejabas estar pegado a ti, sabiendo lo mucho que me gustaba abrazarte, ya no te quedabas en mi casa y casi no me dejabas quedarme en la tuya y las pocas veces que me quedaba, ya no me dejabas dormir contigo. Dijiste que era porque había crecido demasiado y ya no entrabamos los dos en tu cama, ahora debía dormir en un futon en el suelo.


Quisiera saber qué fue lo que hizo que todo cambiara tanto.


Ya ni siquiera me dejabas estar contigo en los días de tormenta, decías que ya estabas grande, que ya no necesitaba preocuparme por ello, que tu podías afrontarlo solo. Dejaste de cantar conmigo, ni siquiera pudimos terminar nuestra canción, esa en la que habíamos trabajado tanto, en la que yo estaba dejando hasta mi alma para que fuera perfecta. Pero de la nada ya ni siquiera querías hablar del tema; y yo que esperaba poder enseñársela, que tú y yo sé la cantáramos a dueto. Pensé incluso en terminarla yo y dársela, pero no podía hacerlo, no podía tomar nuestra canción y simplemente dársela a alguien más, sin que tú lo aceptaras.


Ahora recuerdo, al ver las hojas que quedaron en mi habitación, las distintas letras de las canciones que escribí en mi adolescencia, muchas de las que escribí junto a ti, y unas cuantas que tú nunca llegaste a escuchar.


Me pregunto si tu habrás seguido escribiendo, si terminaste aquella canción que siempre me cantabas y que nunca quisiste contarme de que se trataba, y tu simplemente reías diciendo que yo nunca entendía el trasfondo de las cosas y que no podría ver un oasis en medio del desierto, aunque estuviera señalizado.


¿Era tan obvio lo que me querías decir? ¿Esa era una de las razones por las que te alejaste de mí? ¿Sera que yo podía evitar que te fueras, pero no note las señales?


A veces odio esa parte de mí que no entiende las cosas, creo que perdí muchas cosas por no poder captar las señales que me dan. Mi ángel también me lo dice, supongo que ella ya se acostumbró a esto. Pero, si ella se acostumbró a eso, ¿significa que tú te cansaste de que yo fuera tan tonto y por eso me dejaste?


Odio tener tantas dudas y ninguna respuesta, y más aún tener esa sensación de que los demás notaron algo que yo no.


Porque aun cuando tu llevas tres años desaparecido, los demás hacen como si nada sucediera, no entiendo cómo pueden estar tan tranquilos sin saber dónde estás o con quien.


Tus padres se ven tan tranquilos cada vez que hablo con ellos, pero no sé si realmente lo están, algo me hace creer que simplemente están manteniendo la calma por mí, para que yo no haga alguna estupidez.


Como las que hacía de adolescente cuando alguien intentaba hacerles algo, o cuando simplemente algún extraño se les acercaba.


Recuerdo que, en ese tiempo, cuando apenas había despertado mi lobo, estaba loco de solo pensar en que otro hombre se les acercara. Él quería protegerlos de todos ellos, no podía confiar en nadie y cada dos por tres terminaba involucrado en alguna pelea. Pero de igual forma, eras tú el que lograba calmarlo, luego llegaba mi Ángel y me abrazaba soltando sus feromonas y terminaba de relajarme.


Ustedes eran el equipo perfecto, realmente encajaban a la perfección, como si ambos supieran exactamente qué hacer cuando el idiota hacia sus idioteces, ósea yo.


Ella nunca quiere hablar de ti, por alguna razón ninguno de los dos quiere. Cuando lo hacemos, hablamos como si estuvieras de viaje y estuviéramos esperando que regreses con nuestro regalo como siempre. Creo que los dos intentamos engañarnos a nosotros mismos.


¿A ella también le habrá afectado tanto como a mí? ¿Ella también te estará esperando tanto como yo?


El viento entrando por la ventana me saco de mis pensamientos. Viendo el cielo puedo notar que empieza a nublarse y esa brisa no solo trae olor a lluvia, también me trae más recuerdos de nuestras noches de tormenta. Tal vez el cielo puede sentir la misma nostalgia que yo y por eso llora ya que yo no puedo hacerlo desde hace ya tres años.


Ahora las tormentas me dan miedo de nuevo, pero no por mí, sino por ti. Los relámpagos hacen eco en mi interior, recordándome esa horrible sensación de ti temblando solo y asustado, porque, aunque tú dijeras que ya no necesitabas de mí para protegerte de ella, estoy seguro de que solo lo decías para no preocuparme.


¿Realmente ya no me necesitabas? ¿Realmente ya no le temes a las tormentas? ¿Será que ahora tienes a alguien más que te proteja?


¿Para quién era esa hermosa canción que siempre me cantabas bajo la lluvia? ¿Será que me lo dijiste y yo nunca lo entendí?



Creo que por el momento debería volver con mis padres, y pasar el rato con ellos. Ya mañana iré a hablar con los Park, estoy seguro de que estarán felices de verme y tal vez me digan algo más sobre él.










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-[...]de igual forma, eras tú el que lograba calmarlo





Déjame ir (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora