¿Por qué? Te espere

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JK

Es tan temprano que aún puedo ver las estrellas en el cielo oscuro, y también un poco la luna. 

Mi ángel todavía duerme plácidamente en nuestra cama, desearía quedarme acostado haciéndole compañía, aferrándome a su cálido cuerpo y dormir abrazados. Pero sé que no puedo hacerlo, debo levantarme para emprender un largo viaje hasta Busan, ya que, para más comodidad, decidí ir en mi propio vehículo.

No me queda más que despedirme con un beso en su frente, no soy capaz de interrumpir su sueño cuando está durmiendo tan tranquilamente. Prefiero ver cómo descansa con una gran sonrisa en mi rostro, aunque sé que me espera un regaño por no despedirme de forma adecuada cuando despierte y no me vea.

Tomo una ducha para poder despertar completamente y luego de vestirme tomo la maleta que prepare para el viaje, estaré allí aproximadamente una semana, por eso preparé una maleta con algunos cambios de ropa y otras cosas que seguramente necesitaré, si bien la reunión es en dos días, quiero llegar con anticipación para preparar mis cosas y descansar un poco. Además, me gustaría ver a mis padres primero y dar una vuelta por la ciudad, para ver si todo sigue igual o qué tanto ha cambiado en estos años. 

Y tal vez, solo tal vez, pueda saber algo de ti.

Sé que dije que no esperaría más por ti, por tu llegada, pero no puedo evitar querer saber aunque sea algo. Solo con saber que estás bien me sentiría mejor, pero quiero que lo digas tú mismo, verte y saber qué fue lo que paso, porque de un momento a otro todo cambio sin darme tiempo a entender la razón.

Incluso a veces imagino como hubiera sido si hubieras llegado unos días después. 

Por eso te seguí esperando, imaginado que llegarías con uno de tus fantásticos regalos, esos que solo tú sabias dar, disculpándote por no haber asistido a la boda y dándonos uno de esos enormes abrazos que siempre nos dabas; diciéndonos que seguramente nos veíamos increíbles, que "Angle" se veía radiante como siempre, usara lo que usara, y dirías que seguro no necesito maquillaje porque ya su rostro irradia belleza. Siempre le dabas elogios por su hermosura y su amabilidad, cosa que siempre le hacía sonreír con algo de pena y preguntar si eso era cierto, entonces ambos reían cómplices del otro.

Y en cuanto a mí, me dirías que estaba tan guapo como siempre y agradecerías a mi ángel por convencerme de que me arreglara el pelo para no parecer un vago o un pandillero, haciendo que los tres riéramos porque era cierto que solía vestir así (aunque antes solías decir que estaba bien, que esa era mi esencia y me hacía inmensamente feliz que tú lo entendieras). Dirías que mis ojitos de bambi estaban más brillosos de lo normal, que eso delataba que estaba a punto de llorar, me conoces tan bien que seguro sabias que en mí había un terremoto interno solo con ver cómo se movía mi pie inquieto, y con solo tocar mi hombro me hubieras calmado, porque yo sabría que estabas ahí para apoyarme.

Y luego de contarnos lo que tu creías que paso y nosotros diciéndote que no te equivocabas, nos regalarías una de tus hermosas sonrisas que hacen desaparecer tus ojitos (de esas que siempre me hacían sentir calidez en el corazón, esas que de solo verlas me contagiaban de tu alegría hasta en los peores días), deseándonos todo lo mejor, como siempre lo hiciste. 

Pero nada de eso pasó. No llegaste en aquel entonces, y aún no has regresado. 

Realmente desearía saber qué sucedió. Tal vez yo podría haberlo evitado, tal vez aquella última vez hice algo que no debí, o no hice algo que tendría que haber hecho.

Todo esto me mantiene distraído durante el viaje, tanto que incluso comenzó a amanecer y yo apenas lo estoy notando.

Aún recuerdo cuando tú y yo nos escabullíamos en medio de la madrugada al tejado de tu casa, sin que nuestros padres lo supieran, al menos hasta el día siguiente. Donde pasábamos horas viendo las estrellas, hasta la llegada del amanecer.
Viendo surgir el sol anunciando un nuevo día, uno en el que estábamos juntos.

Cada noche me esperabas con la ventana abierta, y cada noche estuve ahí.

No puedo engañarme a mí mismo, por eso aún te espero, porque sé que tú me esperarías.








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-[...]esa sonrisa.









Déjame ir (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora