Capítulo 2 - Hogar, Dulce Hogar

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Llegamos a nuestra nueva residencia y déjame decirte que la casa es hermosa. ¡Mamá sí que se lució¡ Por fuera tiene una barda crema larga y alta con un portón negro enorme. ¿En serio? ¿Mi madre ha comprado esto? La casa tiene un jardín grande con una fuente en forma de ángel escupiendo agua, ¡es muy bonito! Hay flores por todas partes, déjame decirte que mi madre ama la jardinería, en nuestra antigua casa ella tenía un pequeño invernadero con flores y plantas, los fines de semana se ocupaba de él, Alex y yo sólo les echábamos agua todos los días, y eso que nos turnábamos, sino mi madre nos regañaba y decía que son seres vivos que tienen derecho a vivir, así como nosotros y bueno ya sabran todo el sermón.

Al salir del taxi me sentí pequeña frente a esa enorme casa, y en serio, es tremendamente enorme.

—Es hermosa ¿verdad? — mi madre nos miró a Alex y a mí al ver nuestras caras sorprendidas.

—Parece una mansión— dijo Alex haciendo un ademán con sus manos.

—No exageres— dije golpeándolo en la cabeza —Quiero decir, es grande y muy hermosa, pero ¿No crees que es mucho para los tres? — no me mal interpreten, me gusta, pero estaría bien una casa en la que los tres estemos cómodos, no en la que ni siquiera podrías encontrar tu habitación e incluso perderte camino al baño o a la cocina ¿Y si?... entra un ladrón, no encontraría la salida y por la ventana sería muy arriesgado. Y no estoy tratando de defenderlo e incluso encubrirlo.

—Sé que lo es Katherine— su voz se notaba algo nostálgica —Pero quiero darles todo lo que se merecen, a pesar de que no estuvimos mucho tiempo con ustedes por el trabajo, siempre fueron unos chicos correctos y de bien. Y estoy agradecida con Dios, por haberme dado unos hijos maravillosos. — habló decidida.

—¿Esto te hace feliz? — pregunté, pero luego me arrepentí y alce mi mano en modo que no hablará —No conteste, si a ti te hace feliz, a nosotros también— le di una amplia sonrisa.

—Es bueno que comprendas pequeña tonta— Alex revoloteó mi cabello.

—¡Oye! — me quejé —Mira a Alex mamá— lo acusé, él me comenzó a hacer cosquillas, y ni crean que me quedaría atrás, lo jalé del cabello y reiteradas veces le pegaba en los brazos y abdomen.

—Ya dejen de pelear y entremos— caminó arrastrando sus maletas —Tenemos la suerte de que la casa esté amueblada, pero si algo no les gusta, podríamos comprar lo que ustedes quieran.

—¿La casa es nuestra? — de algo estaba segura, mamá compró esta casa sin decirnos absolutamente nada sobre ella ¿Cuánto habrá pagado?

—Si y no hagas más preguntas— alzó la mano en protesta, ella sabía perfectamente que yo la interrogaría, con preguntas como ¿Cuánto pagaste? ¿Gastaste tus ahorros? ¿Pediste un préstamo? O preguntas por el estilo.

—Está bien— dije en reproche, pasamos el umbral de la casa y mamá abrió la puerta, cuando pasamos era mucho más hermoso por dentro como por fuera.

—Wow— exclamamos Alex y yo al mismo tiempo.

—Esto es...— comenzó mi hermano a decir, pero se quedó sin palabras.

—Enorme— concluí con su oración —Hermoso, acogedor —comencé a decir adjetivos específicos para la casa.

—Eso ya lo sé— dijo mi madre satisfecha de su elección. Mamá tenía un gusto por las cosas clásicas, le gustan muchos los cuadros y espejos grandes, los muebles de madera con tonalidades oscuras, algo rústicos. Sin embargo, la mayoría de los muebles que hay en la casa, son modernos.

Después de halagar por completo la planta de abajo de la casa, mamá nos llevó a la parte de arriba para ver nuestras habitaciones.

—En toda la casa hay como 10 habitaciones— informó mi madre subiendo las escaleras con una de sus maletas, dejó abajo las otras 2, luego bajaría Alex por ellas.

Mi Ángel Eres Tú (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora