Capítulo 10 - No es un afán, fue sólo un accidente

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(Ian ...)

¡Mierda!

Estaba retrasado, la alarma no había sonado o tal vez no la había escuchado, pero mi sentido del oído es sensible así que debí escucharlo, pero no fue así.

Mientras me bañaba rápido parecía que todo quería que llegará tarde a la escuela

1- el jabón se resbaló de mis manos

Cuando termine de bañarme me vestí

2- me puse el boxer al revés al igual que la playera

Me estaba cepillado los dientes y se me mancho la playera

3- Me cambie la playera por tercera vez

4- No encontraba mis tenis

Así que fui a la cocina a desayunar, Derek estaba poniendo las cosas en la mesa y Adrien cocinaba, ayude a Derek a poner los cubiertos y los vasos - era lo único que faltaba-

—¿Alarma?— preguntó Adrien tratando de voltear el omelet del sartén.

—No quiero recordarlo— puse los ojos en blanco, mientras me sentaba enfrente de Derek.

—Pues al parecer— Derek tocó su barbilla pensativo y tratando de ver más allá del techo —No necesitas levantarte temprano, si haces todo rápido resulta mejor y con menos tiempo.

El filósofo Derek apareció.

—Ese no es el caso— puse los ojos en blanco —Sabes que me gusta llevar un orden.

Apoye los codos en la mesa y pose la cabeza en ellos.

—Tengan señoritos— Adrien puso un plato a cada quien, había omelet y tocino, café, leche y jugo de naranja.

Después de desayunar levanté los trastes sucios y los puse en el lavatrastes.

Me fuí corriendo a mi habitación, tomé mis cosas y me fuí con los chicos a la escuela.

Llegamos a la escuela, que no quedaba muy lejos del departamento, ademas teníamos carro.

Ya había estado antes aquí -para la inscripción claro- así que ya sabía cuál era mi salón y también las clases que tendría.

Salí rápido del carro sin despedirme de los chicos y me fui corriendo al salón.

Cuando llegue toque la puerta y entre.

—Buenos días ¿puedo pasar?— dije y me percaté que ahí estaba ella, parada delante de mi, incluso podría tocarla si quisiera.

Sólo tenía que arrastrar mi perezoso brazo unos centímetros delante de mi.

Ella volteó a verme.

—¿Tú?— hablamos al mismo tiempo.

—¿Pasa algo?— preguntó el profesor.

—No, nada— dije rápido y antes que ella hablará.

—Si es así, pasen a sus asientos— se sentó en su cómoda silla —Por ahí— señaló dos asientos casi juntos al final del salón.

Ella caminó antes de que yo pudiera reaccionar. La seguí y se sentó al lado de la ventana, la secunde y me senté al lado de ella —Creo que empezaré a amar la escuela— comentó mi subconsciente.

La clase de química transcurrió bien, el profesor nos dejó salir antes, ya que sólo nos explicó como se calificaría el semestre y que en cada semestre habrían tres secuencias.

Katherine tomó sus cosas y las metió en su mochila, se levantó y comenzó a caminar hacia la salida, como todos los demás.

Me pare dispuesto a seguirla, pero al momento que salí por la puerta su pequeña cabeza rebotó contra mi pecho.

Mi Ángel Eres Tú (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora