No sé que hacer, está parado ahí con su encantadora sonrisa y ese traje negro que lo hace ver tan, tan... ¡Ahhh! ¿Por qué mis padres no me avisaron? La única sorprendida aquí soy yo. Connor lleva semanas, en quien sabe donde, pero sabía de su regreso.
- ¡Llego por quien lloraban!- abre sus brazos como si fuera el rey del mundo. Todos ríen excepto yo. - Buenas noches, señor y señora Cooper- les sonríe, dándole un apretón de mano a mi padre y un beso a mamá.
Se sienta junto a Sarah, sus ojos quedan fijos en mí. ¿Cómo se le ocurre sentarse ahí? Ya sé, ya sé, es el único puesto vacío. Estoy empezando a sentirme incómoda, mi pierna derecha no para de moverse de arriba hacia bajo. Aparto la mirada, tratando de poner mi atención en la conversación que tienen Louisa y Sarah.
- Dylan, me alegro que hayas vuelto. ¿Qué tal el viaje?- pregunta mi madre después de tomar un poco de vino.
- Nada mal, las azafatas no se alejaron de mí, así que tuve una buena atención- encoge los hombros dándole poca importancia a lo que acaba de decir. Mis padres y los suyos ríen.
Dylan Becker, como ya se habrán dado cuenta, mi novio y él son hermanos, hermanastros en realidad. Sarah es su madrastra, por lo tanto ellos han tenido problemas. Cuando él tenía diecisiete discutieron como ya es de costumbre. ¿La razón? Pues, era Sarah, aún recuerdo ese día como si fuera ayer...
<< Estábamos sentados en el patio trasero de la casa, bajo aquel hermoso árbol lleno de flores rosadas, hacían contraste con el verde de las hojas. Habíamos llegado del instituto y hablamos de todo un poco, de un momento a otro, sólo veo a Connor viniendo hacia nosotros con el ceño fruncido y las orejas rojas.
- ¡TÚ! -apuntó a Dylan y éste se levanto como un resorte con los ojos muy abiertos. - Tienes la culpa de todo, mi madre me odia, me compara contigo cada dos por tres. Entiende de una vez por todas, ES MI MADRE.
- No entiendo de qué hablas, Connor- niega mientras pasa su mano por la nuca y baja la cabeza.
- Estoy castigado, sin fiestas y skateboarding por un mes, eso sin contar que estuve en detención. Porque al genio de mi hermano se le ocurrió ir donde el rector a decir que fui yo quien empezó la pelea con Peter - cruza los brazos sobre su pecho. El chico junto a mi alza la mirada con total confusión, separa los labios para hablar pero no sale una palabra, cuando está por hacerlo. Su hermano no lo deja. - No entiendo que hiciste para que te apoye en todo, me compare con tan poca cosa como tú y te ame más que a su propio hijo, no me robes a mi madre...- acorta la poca distancia que hay entre ellos, lo mira de arriba a bajo con tanto enojo y sus ojos quedan fijos en los del muchacho de cabello negro. - Ve a buscar la tuya en el cementerio.
Suelto un sonido de sorpresa y pongo mis manos sobre mis labios. Los hombros de Dylan se tensan, al igual que todos sus músculos, me mira por unos segundos. Y fueron los más dolorosos en mi vida, una lágrima viaja por su rostro hasta perderse en su cuello, mi vista se nubla al igual que la suya. Entonces camina apresurado al interior de la casa sin voltear.
Me pongo de pie para seguirlo, pero toman mi brazo y al saber quien es no volteo.- Déjalo, no tienes por qué consolarlo. Ya debería superarlo- dijo como si no hubiese hecho nada malo.>>
Después de eso, me llego la noticia de que se había ido a Francia con su tía Cassidie, según lo que habían dicho a terminar la secundaria, ya que, de todas las becas universitarias que le ofrecieron, escogió ir allá. Al principio no le creí a mis padres hasta que llegué a su casa y quien me recibió fue la señora Becker; diciendo lo que ya sabía.
Meses después de su huida inesperada, me enteré que Dylan nunca delató a Connor con el rector, más bien, fue una "venganza" de Mario, quien no podía ver a los hermanos Becker ser mejores que él.
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Young Mom: Secretos Y Amor
Roman pour Adolescents- Respira. Inhala, exhala. Aquí viene otra contracción, esto es insoportable. Trato de concentrarme en algo bueno, canalizar todo en sujetarme del asiento o cualquier cosa que me haga sentir mejor. - ¡MALDITA SEA, NO PUEDO! - Ahora que lo pienso mej...