Soy bajita.

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Mi hermosa T/n se encontraba recostada en la cama, podía ver sus largas pestañas y sus mejillas rojas.

Ella era muy hermosa, sus ojos me recuerdan a el fuego y su cabello a la oscuridad, su piel blanquecina me recuerda a la nieve que cae en invierno.

No sabía expresar lo mucho que la amaba, empezamos con el pie izquierdo, me había enamorado de ella en tan poco tiempo y ella, ella se volvió mi única debilidad.

Vi como su teléfono comenzó a vibrar, me acerque y conteste la llamada.

Lo primero que oí fue a una mujer reclamándome, al parecer le decía a mi novia que era una tonta y que jamás podría escapar.

Con el coraje en las venas, le contesté muy molesto que se fuera al carajo.

Al parecer la mujer se asustó y colgó inmediatamente la llamada.

Tenía una idea de quién era y me encargaría de matarla, me importa una mierda que fuera una mujer.

Ella lástimo a mi Diosa y merece pagar por eso.






Estaba recostada y durmiendo profundamente, hasta que escuche a Izana gritar muy molesto al parecer.

Me levanté y lo vi con la cara de pocos amigos, no sabía que había sucedido pero, tenía mi celular en su mano izquierda, esperaba y no me fuera a reclamar por alguna tontería.

-qué sucede amor- me atreví a preguntar y el ablandó su mirada.

-lo siento linda, te desperté?-supe que el problema no era conmigo, alguien me había llamado y lo había cabreado.

-No ya estaba para despertar, no te preocupes- él me dio una linda sonrisa.

-vale, te apetece salir algún lugar?- me estaba invitando a una cita de manera indirecta.

Asentí y después de hacer algunos planes salimos con nuestro pequeño canino.

Estamos en una tienda de conveniencia, en teoría ibamos a comprar los víveres para la semana.

Izana me había pedido que llevara varias cajas de leche, unas cuantas de crema Chantilly y vainilla.

Para mí muy mala suerte, la vainilla está en la repisa más alta.

Espera que llegara alguien a mi rescate, llegó un chico de ojos lavanda, cabello púrpura y bastante alto.

-Oye, disculpe pero no pude evitar ver qué no alcanzas la vainilla, le quería brindar mi ayuda- le sonreí y el bajo la vainilla.

-muchas gracias por tu ayuda, soy muy baja como para poder alcanzar los estantes superiores- el soltó una pequeña risa disimulada.

-es un gusto, dime no necesitas que te ayude en algo más?- el muchacho era muy amable.

Pero los celos de Izana no lo pensarían de la misma manera.

-No, muchas gracias, nos vemos!- me retire y me dirigí a la caja.

Y ahí ví a mi amado novio muy enojado, al parecer estaba celoso.

No le preste atención y mejor seguí con mi camino a pagar las cosas.

Ya se le pasará el berrinche.

Only her... is my weakness.  (Izana Kurokawa Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora