Ella me tiene a su disposición...
Soy completamente suyo...
Ella es la única que me puede pedir y decir lo que ella quiera...
Cuando me llama a las dos de la madrugada, voy directamente hacía ella.
Ella es la única persona que me tiene a sus pies...
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El destino era raro, o al menos conmigo lo era, ya había encontrado a T/n 8 veces seguidas, ¿Era casualidad?
Estaba comiendo dangos con Kakucho en un puesto cercano a casa, mamá había permitido que comieramos fuera ya que ella iría a ver a Manjiro.
-Asi que hay un chica con la que te encuentras a cada rato- afirmó Kakucho.
-Exacto- el me quedo viendo extrañado.
-Ella no será tu hilo rojo?- pregunto al aire- así como paso con mamá y Shinichiro.
-Imposible, esa mujer está loca- dije exaltado, me negaba a que ella fuera mi hijo rojo, antes muerto.
-Bueno, si tú lo dices- Kakucho me miraba raro.
-Takos de Michi!- escuché la voz de Yugī- apresúrate pendejo, Hina te esperando y tú aquí perdiendo el tiempo.
-Lo siento T/n-chan, ya voy- respondió el rubio bajito.
Me saltó una vena en la frente, era la cuarta vez que me la encontraba en la semana, eso ya era mucho.
Pude observar como T/n jalaba al rubio bajito fuera del comercial, antes de salir volteo a verme y me lanzó ¿¡Un beso!?
Sabía muy bien el porque lo había hecho, estaba escuchando la conversación y quería joderme más. Maldita seas T/n Yugī, juro que me vengare.
Kakucho estalló en carcajadas y me volteo a ver pícaro, sabía que se aproximaba.
-No que no- se burló.
-Callate!- mi voz salió aguda, joder esto estaba de la mierda.
-Ay, hasta te sonrojaste- se volvió a burlar de mi.
-Por eso Manjiro se come tus Mochis- el me miró con recelo, sabía que quería joderlo de la misma manera, pero no podía, el estaba solteroski.
-A mamoncito- dijo volviendo a comer- espero que la chica te ponga en cintura.
Me ahogue con mi saliva, yo jamás me dejaría mandonear por nadie, menos por una loquita como ella.
-No!- negué, me había imaginado a Yugī como ama de casa y con un carácter de mierda, no sabía el porque, pero me gustó esa imagen. Pero como dije anteriormente, no me dejaría mandonear por nadie.
Seguí comiendo mientras seguía pensando en esa imagen que generó mi cabeza, me gustaba pero me negaba.
Aunque no lo admitiera, quería encontrarla una vez más cada que pudiera.
Era un pensamiento estúpido de mi parte
Después tendría que hablar con mamá sobre este tema.
