Mi Pequeño Vampiro - Especial de Halloween 2022

2- Murciélago y ratón

Hola a todos, aquí Coco, disfrutando de un ombligo de semana espeluznante, y lista para lo que se viene en esta, nuestra cuenta regresiva hacia Halloween ^u^ Aún faltan un par de sorpresas divertidas, sustos y momentos para travesuras, pero como de seguro ya están ansiosos por leer los de hoy, mejor no me demoro y vamos directo al asunto. Mel y Ellie bebé están por enfrentarse a la pequeña dificultad llamada "sed de sangre". ¡Que miedo! >u< ¿Cómo es que eso saldrá bien? Si quieren averiguarlo, ¡ya saben qué hacer! ^o^

Posdata: anímense a jugar, mis queridos cocoamigos cazavampiros >3< No gana quien participa primero, sino quien consiga la mejor presa, ¡se vale googlear y hasta preguntarle al que esté a lado! Atrapemos vampiros como pokemones, y vamos en busca del tan ansiado premio ^w^

Posposdata: cuenta regresiva, 5...

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—¡Listas las palomitas! —saltó Verónica con una sonrisa, y Margaret se le unió en el enorme sofá de su sala con un par de sodas y la risa a flor de piel—. ¿Ellie está bien?

—Tuvo una pequeña sobrecarga de azúcar, pero ahora está tranquila, y parece que desea irse directo a la cama.

—Que bueno. No me gusta dejarla castigada, pero supongo que por hoy está bien. Después de todo, a ella no le gustan las películas de miedo, y nuestro maratón va a ser épico.

—Sí... —respondió la mayor—. Es una niña obediente. No creo que tengamos nada de qué preocuparnos.

No podían estar más equivocadas. Al mismo tiempo que el intro de su película comenzaba, un par de pequeños se escabullían desde el segundo piso caminando de puntitas para que ellas no los detectaran. Dos segundos de tensión mientras pasaban detrás del sofá, tres hasta que llegaron a la puerta en la cocina, y acto seguido la inusual pareja se encontró de nuevo bajo el cielo nocturno rumbo al enorme patio trasero de la vieja casona.

—Entonces —dijo el débil rubiecito que se apoyaba en ella—, no tienes vacas.

—No.

—Ni ovejas.

—Tampoco.

—¿Tal vez un cerdito?

—La verdad quisiera uno, pero papá dice que no es un animal doméstico. Sólo tenemos esto. —Dejándolo recargado en el muro mientras ella abría la pesada puerta de su cobertizo, la albina se preguntó para qué es que necesitaría los animales. Lo sospechaba pero, como ya era muy tarde para retractarse, simplemente le cedió el paso mientras entraban al oscuro cuarto y eran rodeados por el inconfundible chillido de la única especie que habitaba ahí.

—¿Ratones?

—Sí. Lo siento. —La linda ojiazul parecía tan genuinamente apenada que el vampiro no pudo evitar sonreír.

—Eso no importa. Gracias por traerme aquí —Acarició gentilmente su hombro, dio un paso al frente, y extendió sus manos hacia las tinieblas como si fuera el director de una orquesta a punto de tocar. En el último segundo pareció reconsiderarlo, y volteó a ver a su benefactora una vez más—. ¿Te dan miedo los ratones?

—No.

—Muy bien —Acto seguido sus ojos destellaron como dos llamas en la oscuridad, y el sonido de cientos de patitas corriendo los rodeó a ambos. Estaba controlándolos. Cada uno de los pequeños roedores se formó ante él como un mini ejército pero, a pesar de ya estar relamiéndose debido al hambre, el gentil habitante de la noche volvió a preguntar—. ¿Te da miedo la sangre?