4- Lámparas y velas

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Se viene, se acerca *w* ¡Halloween está en la puerta! <3 Hola a todos, aquí Coco, lista para comenzar este delicioso y spooky fin de semana, y más que listísima para compartirles más magia de estas fechas con un nuevo capítulo de esta adorable historia de amor ^w^ ¡Está resultando un gran éxito! Todos aman a Meliodas vampiro, Ellie es la mejor heroína y, como ambos están preparándose para enfrentar la oscuridad, ¿qué les parece si mejor corto el rollo y vamos a ver qué pasará a continuación?  >w< ¡Ya saben qué hacer!

Posdata: Tres...


***

—¿Ellie? ¡Despierta! ¡Ellie!

—¿Eh? —sacándola de su ensoñación y regresándola de golpe a la realidad, Elizabeth se encontró con la cara de su amiga a unos pocos centímetros de la suya mirándola como si tuviera algo extraño—. Lo siento Diane, sólo estoy un poco distraída.

—Y tanto. ¿No te diste cuenta que la clase acabó hace cinco minutos? Cielos, me estás preocupando. De no conocer tu historial de desórdenes de sueño, juraría que tienes cara de enamorada.

—Pero, ¿qué dices? Para nada. —rió nerviosa, y de inmediato se apuró a darle la espalda a la castaña mientras recogía sus cosas. ¿Tanto se le notaba?

En cuanto el amanecer la despertó y descubrió que Meliodas ya no estaba, su cabeza se llenó con todos los recuerdos de su noche juntos. El bar. El baile. El vino. Y después, la mordida. Su corazón y cuerpo casi ardieron en combustión espontánea, y ni siquiera el baño de agua fría que se dio pudo apagarla del todo. Aún recordaba sus manos sobre sus curvas, su boca sobre la suya, sus colmillos enterrados en su cuello. Se vio fantaseando todo el día con ello, repitiéndolo una y otra vez en su memoria, como si de esa forma pudiera traerlo al presente. Un largo suspiro suyo puso a la vivaracha jovencita de coletas nuevamente en guardia.

—¿Será posible que...? ¡¿De verdad te gusta alguien?!

—¿En serio? ¿Y quién es el afortunado?

—Hola, Mael —interrumpiendo aquella charla de amigas con una sonrisa confiada y una caja de regalo en la mano, apareció el chico más popular de la clase con una expresión a medio camino entre el enojo y la diversión—. No es cierto, por favor, no hagas caso a Diane.

—Que alivio. No podría soportar la idea de que alguien me ganara el puesto —dijo con un guiño coqueto, y Elizabeth sólo volteó los ojos, acostumbrada a aquella broma suya que, en realidad, no lo era—. Como sea. Feliz cumpleaños Ellie. Ayer no pude visitarte por lo de tus dieciséis, así que decidí darte algo hoy.

—Eres muy dulce. —Al abrirlo se encontró con un collar que, aunque no recordaba de dónde, sentía ya haber visto.

—Es réplica de una reliquia familiar. Déjame ponértelo. —Agradecida con su compañero, la albina hizo a un lado su pelo y permitió que le deslizara la cadena. Se quedó quieto tan de golpe que la asustó.

—¿Pasa algo?

—Elizabeth, ¿en dónde te hiciste eso? —Ella no podía ver lo que era así que, deslizando los dedos por su cuello, sintió los dos pequeños orificios que eran la prueba de lo ocurrido la noche anterior.

—Mmm, no lo sé. Tal vez sólo sean piquetes de mosquito. —Un momento de incómodo silencio, el sonido de alumnos dejando el salón, y él decidió terminar de colocarle la pequeña joya en forma de cruz.

—Sí. Debe ser eso.

—¡Qué bonita se te ve! —exclamó su amiga de coletas tomando su mochila—. Pero lo siento, ahora debemos irnos. Otro chico le regaló un auto, y no queremos dejar esperando al mecánico. —Tan rápido que el pobre albino no pudo ni preguntar, se la llevó volando perdiéndose entre las decenas de adolescentes que iban hacia la salida.

Mi Pequeño Vampiro - Especial de Halloween 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora