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Le llevó a Sana precisamente seis años, cuatro meses y dieciséis días después de su debut para que olvidara tomar sus supresores por primera vez, lo que resultó en lo que ella sólo podía describir como el dolor más insoportable que jamás había sen...

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Le llevó a Sana precisamente seis años, cuatro meses y dieciséis días después de su debut para que olvidara tomar sus supresores por primera vez, lo que resultó en lo que ella sólo podía describir como el dolor más insoportable que jamás había sentido.

Lo cual la obligó a cancelar sus actividades del día por enfermedad, siendo incapaz de hacer más que recostarse en su cama mientras trataba de evitar que el dolor creciera.

Por suerte nadie se dio cuenta de que estaba en celo─ o pretendieron que no sabían, por su bien.

Desde el comienzo, Sana entendió que se esperaba una mayor responsabilidad de su parte ya que ella era la única omega del grupo. Se suponía que cuidaría de sí misma en todo momento para evitarse atenciones innecesarias, ya fuera desde las miembros del grupo con las que trabajaba diariamente hasta los fanáticos locos que se encontraba.

Al principio, sus managers eran los responsables de comprar todas las cosas que necesitaba para mantener su lado omega atado; pero después de un par de años, decidió que ya era hora de convencerlos de dejarla manejar todo eso sola, sin su ayuda.

No le parecía correcto que otros se encargaran de esa parte de su vida. Era una mujer adulta, y sabía cómo cuidarse así misma. Así que después de su renuente acuerdo, se convirtió en la única responsable de comprar y tomar sus supresores durante todo el tiempo que estuviera en el grupo.

Es por eso que lo último que necesitaba era escuchar a los managers decirle lo estúpida y descuidada que había sido por olvidar cuidarse cuando ella misma pidió esa independencia en primer lugar.

No era como si ella hubiera querido olvidar tomar la maldita pastilla, claro que no. Pero se había quedado sin ella al principio de la semana, y con el horario que Twice ha tenido por el próximo comeback, Sana terminó olvidándose de comprar más, sin pensar que su celo llegaría tarde o temprano.

Al final había sido mala suerte. Muy mala suerte, pero no era como si pudiera hacer algo ahora. No podía simplemente caminar a la farmacia más cercana porque ella sabía que alguien ──un alfa──podría olerla, haciéndola sentir expuesta a todo tipo de tratos, y si eso no era razón suficiente, también estaba el dolor que sentía que le impedía hacer básicamente nada. Sana tendría que soportar el dolor hasta que las chicas llegaran a casa, y sólo entonces le pediría secretamente a alguna de ellas que fuera a comprarle una caja nueva.

Pero por ahora, lo único que podía hacer era recostarse sobre su cama mientras esperaba ──y rogaba──para que el tiempo pasara rápido.

Sana no había abandonado su habitación en, prácticamente, todo el día. La única vez que salió fue cuando decidió robar una pieza de ropa de la habitación de Jihyo; el olor de la alfa ayudó a aliviar su dolor. No era mucho, pero era suficiente para evitar que se volviera loca.

Había leído en alguna parte que cuando un omega entra en celo, normalmente construye un nido con cosas que tienen un olor particular que les ayuda a atravesar su celo. Era la primera vez que Sana lo atravesaba desde que descubrió que era una omega (hacía casi una década); es por ello que no tenía demasiada experiencia para saber si eso era cierto o si funcionaba.

Sumergida En Calor | sahyo | (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora