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Caleb

Jen no deja de aparecerse en mi casa sin consultar. Aquello ya me tiene hasta los cojones, ¿Acaso no es fácil enviar un puto mensaje?

Su plan es sorprenderme, supongo a algunos les encanta recibir aquello por parte de sus parejas, aunque yo lo odio. O bueno, me resulta incómodo, más estos últimos días cuando ha jodido mis planes con Diogo.

Ha pasado una semana.

El sábado pasado Diogo me pidió para salir, estuve por confirmarle hasta que mi madre tocó mi puerta avisando la llegada de mi enamorada. Ayer fui yo quien tomó la iniciativa pues me parecía lo correcto luego del rechazo. Sin embargo, ¿Jen habría querido verme dos días seguidos? Pues sí, volvió a joderme. ¿Acaso no podía esperarse veinticuatro putas horas? Terminaríamos viéndonos a fin de cuentas en el colegio.

¡Ah!

Bueno, Jen no es tan mala como parece, conoce a mi familia, la adoran. Estamos por cumplir tres meses, quizás como en toda relación es normal sentirme un poco asfixiado o aburrido por pequeños momentos.

Y fueron aquellos pequeños momentos los que me llevaron a instalar la aplicación; una distracción.

Sirvió.

Hice match con varias personas, hablé con cada una de ellas y desarrollé mis más oscuras pasiones, las cuales elegí permitirlas en secreto.

Sería mentira decir que ninguna me complementaba, porque existía Diogo. Él tenía algo que me incitaba a querer hablar más y más, un componente adictivo. Siempre con algo nuevo, revelando pero sin terminar de desencadenar el misterio. Aquello no me desanimaba para nada, todo lo contrario, generaba una inmensa intriga.

Ahora me encuentro con Jen, otra vez. Me da un beso antes de entrar a la institución.

-¿Estás listo para ser oficialmente mi novio?

Sonrío.

-Ya lo soy.

Pone los ojos en blanco.

-Me refiero dentro del colegio.

-Es lo mismo a como nos mostramos en la calle.

-¡Claro que no!- toma un suspiro-. A ver, no estás entendiendo, es el último año, prácticamente somos la pareja del colegio.

-¿Y eso...?

-Somos infuyentes- me corta. Atravesamos el patio, ignorando el saludo del guardia y la recepcionista.

No soy muy fan de tener el papel protagónico, debí tomarlo en cuenta cuando empezaron los coqueteos con Jen, es quien más resalta dentro de la escuela. ¿Quién no quisiera estar con ella?

Creo poder jugar al novio perfecto.

-Bueno. Han pasado tres meses, ese chisme debe haberse esparcido hasta los oídos de la directora.

-Si se esparció no fue por parte de las chicas, tenlo por seguro- aclara refiriéndose a sus amigas.

Alzo una ceja, no confío mucho en elllas. La última vez hicieron sentir celosa a Jen al insinuarle que tardaba en responder un mensaje por el simple hecho de estar conversando con otra chica. Osea, en parte es verdad, solo se equivocaban en el género. Aún así no deberían entrometerse.

TÓCAME EN SILENCIO +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora