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Es un nuevo día, sin motivaciones.

Mi padre ya salió al trabajo, no obstante ha dejado mi desayuno preparado en la mesa. ¿Qué mierda? Está muy equivocado si cree que así me comprará.

Aún así..., me apetece.

Salgo apresurado de mi casa una vez devoro hasta la última migaja de pan, Alexa no podrá acompañarme porque se quedó en el departamento de su madre. Apenas tuve tiempo para ducharme y vestirme rápido, se hacía tarde. Bueno, más me enfoqué en pensar cómo sobrevivir al día.

El bus no pasa, mi estrés se acumula más y más, por lo que opto a tomar un taxi con el fin de llegar más rápido. Sin embargo eso no impide mis minutos de tardanza, mi apuro era tan grande que por poco dejo mi celular en el carro, ¡Terrible!

Apurado ingreso al colegio, no me preocupo en saludar a nadie a pesar de recibir el sarcástico "buenas noches" del vigilante y de la asistenta. Subo las escaleras de dos en dos, corro con la mirada fija en mi salón de clases, hasta que imprevistamente pasando por el segundo tramo de escaleras me estrello contra algo, o mejor dicho contra alguien.

Caigo para un costado colocando mis manos como apoyo, sin embargo el peso de la mochila provoca que utilice mis rodillas, ¿Qué ha sido eso? ¿Qué acaba de pasar?

Miro a mi delante. Un chico gruñe de dolor abrazando su rodilla derecha con una mano mientras con la otra masajea su frente.

-Mierda- murmura.

-¿Te encuentras bien?- me pongo de pie y me acerco a él, quizás necesite ayuda.

-¿Te parece que estoy bien?- suena enojado, tiene motivos para estarlo.

El chico desprende su mano de la frente para desafiarme con la mirada. Su mirada es penetrante, no lo reconozco de ayer en el salón o de lo contrario lo recordaría.

-¿Acaso no te fijas por donde vas?- continúa, se impulsa para pararse. En efecto, es mucho más alto que yo.

-Lo siento mucho- lamento-. Pero tú también pudiste haberlo evitado.

¿Cuando no yo culpando a los demás?

-¡Estabas corriendo como loco!

-¡Lo siento!

El chico toma un suspiro, se agarra de los tirantes de su mochila y se encamina hacia el aula sin dirigirme más palabras.

Lo sigo con disimulo, se da cuenta de esto al girar su cabeza una vez llega a la puerta.

-¿Por qué me sigues?- pregunta en una combinación de confusión y fastidio.

-Eh...

La tutora abre la puerta, mantiene una ceja alzada en busca de una explicación.

-¿Alumnos? Llegan diez minutos tarde.

Ambos nos quedamos enmudecidos.

-¿Y bien? ¿No me darán una explicación?

-No volverá a pasar- asegura el chico que acabo de atropellar con mi cuerpo.

-Sí- confirmó. Lo único que se me ocurre decir.

-La misma promesa de siempre, ojalá ustedes cumplan su palabra. Está bien, pueden pasar.

El chico me ve desconcertado con su intensa mirada, al parecer acaba de entrar en razón que estamos en el mismo salón. Paso por su delante mientras presiento que no despega los ojos de mí.

-Siéntese ahí, alumno.

La tutora señala un asiento vacío al lado de una chica de cabello negro, maldigo y grito por lo bajo mientras jadeo al quedarme sin aire. Se trata de Jen.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2023 ⏰

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