𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗥𝗡𝗜𝗖𝗘𝗥𝗢° PERTHSAINT + KAOEARTH

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La vida se mueve cómo los peones en el ajedrez, solo que cada pieza tiene un diferente orígen y raiz de problemas. Por ejemplo, es triste cuando una mujer es perseguida como trozo de carne por hombres, pero la tristeza no se elimina cuando a causa de ellos otros son llamados "monstruos".

"Depredador" y "Presa", una ley establecida por cazadores. Sin embargo, no muchos saben que esas dos palabras las diferencia una delgada línea. Cualquier presa puede ser un depredador y cualquier depredador puede ser una presa. No hay ley que defina cada cuál, solo un delgado hilo cuya quebradez permite la conversión de una de las dos características.

𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗥𝗡𝗜𝗖𝗘𝗥𝗢

-Srto. Patrick, puede iluminar nuestras mentes y decirnos, ¿A qué se refiere Harper Lee cuando dice: "Antes de vivir con los demás, tengo que vivir conmigo mismo"?

Comprensión de lectura. Incluso los aficionados a la literatura odian esta clase, es tan aburrida que ofende a las citas célebres. Todos los estudiantes lucen aburridos. Muchos miran desganados sus libretas, otros voltean a ver al mencionado mientras que otros han sido listos y tienen el teléfono oculto bajo sus pupitres dándoles una ojeada.

Las paredes color aceituna adjuntadas a sus blancos zócalos, encerrandolos en un aula. Nótese el sin "J" pues la escuela es una prisión muy agradable. Las losas decoradas como madera mármol, dos armarios enormes atrás de los estudiantes que una porción pequeña de 19 son y andan justo en el centro del aula.

En la línea trasera está Saint mirando su propio pupitre mientras agita el bordado de tal con un lápiz, meneando tal de arriba a abajo. Azotandolo un poco. Deja de hacer ese movimiento cuando su apellido es mencionado y alza el rostro súper tímido. Teniendo unos anteojos redondos y transparentes.

-¿Huh?

-¿Debo repetirme, srto. Patrick? - Suspira agotado el hombre tragando grueso pero amenazándolo con los ojos. Muchos ríen dándose la vuelta para ver al pobre chico. Avergonzandolo aún más. Por qué será que nunca hay un apoyo entre estudiantes, solo una necesidad de avergonzar a cada quién. El tímido chico se reajusta los lentes cabizbajándose.

-No, señor, yo--

-Ojos aquí, srto. Patrick.

El maestro tampoco coopera. Su indicación hace que los estudiantes vuelvan a soltar risas. Saint alza la mirada más nervioso aún.

-S--Sí. A lo que se refiere el autor es que debes comprenderte a ti mismo. Comprender tu razonar, tu manera de ver el mundo, para poder escuchar las perspectivas de los demás y no tener una queja sino una opinión. Para vivir en este mundo no hay que juzgar, hay que ponernos en los zapatos de cada quién y se cumple primero poniéndote tus zapatos.

Va reduciendo la voz sin seguridad. No sabe si lo que dijo fue un disparate o una anécdota buena. Los estudiantes permanecen en silencio dándole la razón. El maestro permanece callado por unos buenos minutos. Lentamente olea la cabeza gestionando asentires mientras alza las cejas bajando toda su boca hecha un arco.

-Pues nada mal, srto. Patrick. En todos mis años nunca hubo un estudiante que me respondiera de la manera en que lo hiciste tú. - Ahora sonríe labial con modestia. Viéndose súper gentil. Saint comienza a sonreír suave. Enorgulleciendose de sí mismo. Rubor cobran sus mejillas al volver a cabizbajarse para celebrar en silencio. Alzando un puñito a centímetros de un hombro, aún encogido de estos.

-¡Pero si la respuesta fue simple, profesor! - Objeta uno todo molesto. Sentado en la misma fila trasera pero al final de la derecha. Todos lo miran. Incluso Saint.