𝙎𝙞𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝘿í𝙖
Saint abre los ojos todo repentino tomando fuertes bocanadas de aire y mirando traumado el zócalo de la habitación como si fuera la cosa más atemorizante que ha visto en toda su vida. Respira agitado mientras su teléfono vibra sobre la gaveta mármol a su izquierda. El teléfono desplazándose a una esquina por las trepidaciones del mismo. Un hilo de la pantalla fosforeciendo la textura mármol al estar boca abajo.
Saint, aún conmocionado, se sienta en sus rodillas. Toma el móvil para llevárselo al oído. —¿Hola?
—Uh, ¿♪ Hola ♪? Por qué lo preguntas, ¿no tienes mi número agendado?
—No es eso es que... ¿Cómo llegué a casa?
—Ah, sí, no te preocupes mi abuela y yo solo dimos un paseito en tu auto. Gracias por darnos las llaves. ¿Te lo llevo ahora? Por cierto, cómo que no recuerdas, ¿te drogaste en Blywild con todos los yonkis? Sigo dejando mis condolencias en claro, obviamente.
—Al carajo las condolencias. — Bufa Saint rodando los ojos antes de presionarlos cerrados. —No creo haberme drogado. Solo sé que no recuerdo nada tras haber salido de la Carnicería-- — Él mismo hace una pausa. Arruga el ceño intentando recordar por qué salió tan espantado de ese lugar. Recuerda el sentimiento. Ese miedo frenesí carcomiendolo con miles de voces gritando: “Hay que salir” cada vez más estruendosas. Pero sin embargo, intenta recordar y no puede. Es como tener charcos en la mente. Solo puede recordar a Joong sonriendole maligno justo cuando huía del lugar.
Sumido en esos pensamientos no se da cuenta que pasan varios segundos así.—Saint. ¿Estás bien? — Esa voz lo hace pegar un brinco. Seguidamente se tranquiliza, frotándose los ojos con una mano, suspirando angustiado.
—Sí, sí, estoy bien. Probablemente no fue nada. — Niega la cabeza. —no puedo recordar nada de Blywild.
—Eso es extraño. Mejor no vuelvas ahí. Oye,
—¿Sí, Earth?
—Dime que no olvidaste lo que sucederá hoy a las seis de la tarde.
—¿Mm? Seis de la tarde...
«Ay, carajo, ¡La fiesta! Hoy es la fiesta. » Traga grueso mientras mira a todos lados parpadeando frenético hasta pausar la mirada en la ventana de enfrente sin razón alguna y abrir una mano. —¡L--La fiesta! Pero, ¿ya envíaste tu dirección, cómo será?
—Checa los mensajes, amigo.
Saint aleja el teléfono de su oído mirando únicamente la pantalla. En ese transcurso táctil, sienta el trasero sobre los tobillos. Pone en altavoz a su mejor amigo para abandonar la sala de llamada y entrar al grupo estudiantil. Hay unos 40 mensajes pérdidos. Tan solo el numeral agranda los ojos del chico quién, con temblores involuntarios desplaza la pantalla.
Abajo del numeral está ese mensaje informativo de Earth. Va leyendo conmocionado hasta detenerse en cierta parte.
—Es de disfraces.
—¡Mjm!
—Pero no es Halloween. Mostraremos nuestros disfraces y en el día de Halloween deberemos cambiarlos. — Rueda los ojos quitando el altavoz para ponérselo al oído.
—Los cambiamos y ya. O usamos el mismo, dudo que se den cuenta.
—Earth, la Generación Z será tonta pero jamás ciega.
—Bueno, es cierto. Pero no nos cabe de otra. Voy a recogerte entonces iremos al supermercado para que me cuentes todo lo que recuerdas, ¿está bien?
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𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗥𝗡𝗜𝗖𝗘𝗥𝗢° PERTHSAINT + KAOEARTH
HorrorSaint Patrick es un universitario normal y común con mucho por delante. Sin embargo, vive solo pues su madre falleció y jamás le contó nada sobre su padre. Un día, recibe las noticias de que su padre ha fallecido y lo han contactado porque ha hereda...