Autoaceptación, una amistad profunda, una pérdida insoslayable y la valentía de seguir adelante. Así puede resumirse la historia de Deanna Brown y sus amigos, un grupo de jóvenes que deberán afrontar con las decisiones que han tomado y la apariencia...
Deanna caminaba por los senderos de la universidad, pasando junto a edificios de ladrillo rojo, con arbustos verdes y bien cuidados. El ruido de los estudiantes charlando y de las bicicletas cruzando por los senderos se mezclaban con el sonido de los pájaros cantando en los árboles. El sol del amardecer se filtraba entre las hojas de los árboles y proyectaba una luz mágica sobre el campus.
"¿Qué tal está tu proyecto de investigación sobre la literatura colonial?" preguntó Mark mientras caminaban.
"Sí, he estado trabajando duro en eso, aunque me he perdido unas cuantas clases debido a la gripe." respondió Deanna. "Pero no he dejado de seguir las últimas noticias y chismes de la universidad." y una carcajada de su parte no se hizo esperar.
Deanna miraba a su alrededor, divirtiéndose con la vista del campus, cuando de repente se detuvo en seco al ver a un joven hombre alto y delgado con cabello blanco y ojos azules que caminaba hacia ellos saludando con una sonrisa. Su apariencia era excepcional, como si hubiera salido de una leyenda navideña.
"Mark, ¿Conoces a este chico?" preguntó Deanna, mirando a el chico con curiosidad.
"Oh, Aaron es mi compañero de Economía" respondió Mark. "Se matriculó la semana pasada mientras tú estabas ausente y hemos estado conversando desde entonces."
Deanna se quedó un poco confundida al principio, pero luego Mark le presentó a Aaron, quien saludó con una amplia sonrisa. Deanna notó que Aaron tenía un aura de confianza y seguridad en sí mismo, y se sintió algo intrigada por él.
"¿Qué hay, Aaron? ¿Quieres venir con nosotros a tomar un café antes de ir a clases?" preguntó Mark a Aaron.
Deanna miró a Aaron, todavía un poco incómoda con la idea de convivir con un extraño.
"Claro, me encantaría" respondió Aaron, sonriendo amablemente.
Deanna sintió una pequeña oleada de alivio y emoción. Era extraño, pero le gustó el sentimiento.
Ya en la cafetería de la Universidad Aaron se dirigió a Deanna por primera vez.
"¿Deseas algo para acompañar el café?" preguntó Aaron con una sonrisa amable.
"No, así estoy bien, pero muchas gracias" respondió entre susurros Deanna.
"Insisto. ¿Te apetece algún dulce? Yo invito." respondió Aaron.
Deanna miró a Mark sin saber muy bien qué decir. Pero Aaron tenía una sonrisa tan agradable y calmada que Deanna se sintió cómoda aceptando la invitación.
"Así que, ¿Cuál es tu nombre?" preguntó Aaron
"Deanna. Deanna Brown" contestó simple ella.
"¿Cómo conoces a Mark? ¿Son amigos desde hace mucho tiempo? Lo siento si sueno algo indiscreto, pero no recuerdo haberte visto" la afable voz de Aaron no hizo sentir a Deanna en un interrogatorio y dio gracias internas por eso.
"Soy su mejor amiga y es extraño que no me haya mencionado nunca" respondió Deanna y giró su mirada entre cerrada hacía Mark.
El sonido de la campana sonó por los parlantes y Deanna tal vez se sintió un poco frustrada por no haber podido conversar más, pero también agradecida de que la campana haya cortado el momento incómodo.
"Bueno, parece que nos toca separarnos por ahora. Fue agradable conocerte, Deanna." habló Aaron levantándose de su asiento y despidiéndose.
Deanna lo observó alejarse, se sentía un poco desorientada después de la pequeña conversación con Aaron. Tenía muchas preguntas acerca de quién era y por qué había de querer charlar de nuevo con ella. Sin embargo, también se sentía intrigada y con curiosidad por conocerlo mejor.
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