talento

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«tienes talento» me dicen.

y no sé si amar aquella frase u odiarla.

no sé qué es el talento. sólo pinto con mi sufrimiento.

el lienzo es mi dolor, totalmente en blanco e incorruptible a simple vista. tomo un color y lo transformo en una cicatriz; marco la palidez incolora del lienzo con pigmentos difuminados en prosa, y finjo que me siento en el cielo haciéndolo.

cada color es un palmo de mi alma. el amarillo son mis acciones, el rojo es mi ira y el azul mis palabras; que me hacen su esclava a cada pincelada. el verde son mis pensamientos, y soy su soberana cuando esparzo una pizca de su existir sobre el lienzo.

«tienes talento» me dicen.

y cada vez lo odio más.

entonces tomo una gama de rojos y lo echo furiosamente, dejo que el destino fluya por mis venas. el muy hijo de puta fuma un cigarro entre mis músculos, y esparce cenizas rojas sobre mi sangre gris; quiero creer, elijo creer, que quizás estoy delirando.

mi dolor se completa y mi amor se comprime, los haikus me encadenan las muñecas y dejo de pertenecer, comienzo a perecer y me dejo perder.

¿pinté bien?

¿lo dije bien?

¿lo hice bien?

«tienes talento» me dicen.

me lo dicen mientras lloran risas y ríen en llanto, mientras yo solo me desmonto una y otra vez. no sé lo que siento, quizás el dolor es sólo un pre fabricado y en realidad ni siquiera tengo la capacidad de sentir.

es un pensamiento superfluo. si es que pienso acaso.

«tienes talento» me dicen.

no es talento, son las roturas que me cosen la sombra al planeta.

¿o es que al dolor le llaman talento?

si ese es el caso, tengo mucho talento. lo presto por un rato.

TanatomorphoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora