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Lo besó y, Dios, se sintió tan diferente a sus sueños

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Lo besó y, Dios, se sintió tan diferente a sus sueños.

Las manos de Taehyung se posaron de inmediato en las mejillas de aquel al darse cuenta de la diferencia en el tacto. Suspiró lleno de satisfacción al sentir su piel tan real. Su boca tomó más aún la suya, como si fuera un experto besando y no como en realidad era, esa era su primera vez besando a alguien.

Bajó sus manos pasando por todo tu torso, queriendo tocar cada vez más de él. Si estaba mal, no le importaba. Estaba perdido en las sensaciones nuevas que tenía, en lo increíble que se sentía esa cercanía. Se acostó con él e ideas calientes no llegaron de venir a su mente. Pero Hoseok al alejarse simplemente lo abrazó, y ese gesto tocó muy profundo en él. Lo sintió tan pequeño, tan vulnerable. No sabía que era exactamente pero nada le sacaría esa necesidad de protegerlo que le nació, esa necesidad y deseo de permanecer a su lado. Se sentía correcto.

Elevó su mentón para que lo mirara, y cuando sus ojos se encontraron algo hizo click dentro suyo. Algo que jamás había sentido. Su corazón latió rápido y no pudo evitar sonreírle de forma genuina. Hoseok le devolvió la sonrisa y no pudo evitar admirarla hasta finalmente volverlo a besar cuando él comenzó a acariciar su cabello. Se sentía flotar, estaba literalmente rendido ahora. Estaba en sus manos. Hoseok podía hacer lo que quisiera con él ahora y Taehyung aceptaría.

En algún momento se había quedado dormido, la luz de la mañana lo despertó y, tan pronto abrió los ojos, lo buscó. Hoseok, solo fue él a quien quería ver. Pero no lo encontró en ninguna parte.

—¿Qué haces, hijo?

El pánico lo invadió al recordar las palabras que le dijo. Que sería la última vez que se verían. No podía ser verdad.

—¿Tae? ¿Pasa algo?

—¡Nada! —soltó con brusquedad a su madre y fue a buscar su mochila para salir de su casa lo más rápido que podía.

Las palabras de Hoseok le estaban destruyendo por dentro. No podía ser cierto que no lo vería nunca mas, se negaba a creerlo. En su mente solo estaba el recuerdo de sus dulces labios, de su piel, de sus palabras y sonrisa. Se repetía una y otra vez sus palabras ayer agradeciéndole y los demás días contándole de él, y sobre todo el abrazo que le dio. No podía olvidar como de pequeño y vulnerable se sintió en sus brazos. Se negaba a aceptar que no volvería a saber nunca más de él.

El pensamiento era simplemente desgarrador porque realmente había sentido que ellos eran correctos juntos. Que lo que sentía era más que lujuria y atracción. No podía olvidar como de cálido se sintió y como sus latidos aumentaron con solo mirarlo a los ojos.

No se dio cuenta que ni siquiera miraba a ambos lados antes de cruzar la calle, no se daba cuenta que un par de veces chocó a varias personas. Solo caminaba rápido y corría en intervalos. Necesitaba ayuda. Necesitaba ver de nuevo a Hoseok, estar de nuevo con él.

No te dejes engañar [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora