Día 02 Calabazas

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-Y... ¿Te gustó ese pastel de calabazas?-

-Por supuesto, no sabía de lo que me perdía, es una lastima que hasta hoy haya decidido probarlo. Tiene un sabor que me llena de calidez-

"lo mismo dijiste la primera vez" pensó el mayor.

-Ah... ¿Conde Song?-

-Dime Zichen, después de todo solo soy "un par" de años mayor-

-No podría, usted es un conde aunque tengamos casi la misma edad. Yo solo soy un pobre chico que esta recibiendo la hospitalidad de tan generosa persona-

-Entonces cuando te sientas seguro, puedes llamarme como te he pedido-

-Gracias- y ligeras boronas del pastel quedaron en las comisuras de su boca.

-¿Qué... Qué era lo que deseabas saber, Xingchen?- intento desviar la mirada del menor y solo tendió una servilleta.

El chico dio un ligero brinco, no recordaba haber dicho su nombre en toda la tarde desde que llegó a ese lugar pero al ver la servilleta se llenó de vergüenza al saber el mensaje sobre su boca y procedió a limpiarse rápidamente.

-Yo... Quería agradecerle por las atenciones y saber el motivo por el solo yo estoy comiendo. No he visto que coma nada-

-Eso... No acostumbro a cenar y en la tarde acababa de terminar de comer cuando llegaste-

-Entiendo...-

-¿hay algo más?-

-Si... Y disculpe si estoy abusando de su hospitalidad pero... ¿Podría pasar aquí la noche? La lluvia aun no ha parado y me queda un largo trecho hasta mi hogar en el pueblo más cercano-

-Puedes quedarte el tiempo que desees, no es inconveniente-

Y así siguieron platicando hasta muy entrada la noche, en esa charla, el mayor supo que el chico y sus dos hermanos mayores eran hijos del primer matrimonio que su madre había tenido. Al cumplir la mayoría de edad, el primogénito de la familia había decidido llevarse a sus dos hermanos menores con su familia paterna, pues su madre había contraído nuevamente nupcias con otro hombre y ahora tenían una hija pequeña.

Los tres hijos mayores de la mujer sentían la clara diferencia de tratos hacia ellos y la niña por lo que ninguno dudo en seguir a su hermano mayor.

"Solo que... Mi madre envió una carta... No me contó nada, solo me pidió que volviera"

Cuando llegó a la habitación, pudo ver lo acogedora y contrastante que era con respecto al resto del castillo, ahí, el lugar se encontraba iluminado por las pequeñas llamas en los candelabros, el olor a flores le inundó la nariz y observó la cantidad de flores blancas en jarrones, todo estaba acomodado como si de sus gustos se tratarán. Solo pensó cuan eficientes debían ser las personas de la servidumbre y como un rayo, la duda cayó sobre él, pues en ningún momento había visto a nadie más que al conde en todo el castillo. No quiso sobrepensarlo y se metió en aquella acogedora cama y momentos después cayó en un profundo sueño.

"Xingchen~... Xingchen~ Mira"

Ese sueño de nuevo, esa voz, a lo largo de su vida había tenido diversos sueños y uno de ellos era este, donde al abrir sus ojos se encontraba en un enorme campo de calabazas y siempre llamaban por su nombre, sin embargo, nunca había podido ver a nadie.

Lentamente comenzó a ver el lugar, efectivamente era ese campo, el día era claro, la brisa golpeaba su rostro cuando volvió a oír el llamado.

-Xingchen, mira, el abuelo ordenó a los cocineros que prepararan estos pasteles cuando le conté que nunca los habías probado-

Al voltear a donde la voz provenia pudo ver por primera vez la fuente de aquel llamado. Se quedó sorprendido de estar soñando con una versión adolescente del conde Song que le tendía una canasta con lo que parecían ser pequeños pasteles de calabaza.

-Gra-gracias... ¿Conde Song?-

-Xingchen... Creí que ya habíamos pasado esa época donde te dirigias por mi título... ¿Acaso también piensas huir de mí de nuevo?-

-¡No! Zichen, disculpame, no fue mi intención. Muchas gracias por los pasteles... Él.. Él realmente parece tu abuelo...-

-Él está preocupado... Dice que pronto debo concretar algún compromiso-

-Si yo pudiera, me comprometería contigo-

-¿En serio?-

-Claro, sé que serás el esposo perfecto para la persona que se case contigo- no recibió respuesta por lo que al otro con su semblante decaído, decidió meterse un pastelillo a la boca.

-¡Wow! Realmente sabe bien, no sabía de lo que me perdía, es una lastima que hasta hoy haya decidido probarlo-

Cuando despertó de su sueño, simplemente no sabía qué significaba aquello, pero se sentía tan relajado. Ahora, debía despedirse de aquel buen hombre y seguir su camino para volver con su madre en cierta forma. Se sentía desepcionado por dejar aquel lugar, lo que no sabía era que esta no sería la última vez que se verían.

SongXiaotober 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora