Capítulo 6.-

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La elegancia y belleza del diseño interior de la enorme casa era un remanso de tranquilidad comparado con la bulliciosa Estambul del exterior. Había aproximadamente 10 mil azulejos que se extendían por las cúpulas de la casa y la iluminación refrescante que hacía brillar el mármol blanco de la estructura era debido a los mas de cincuenta vitrales que se encontraban en la entrada. KyungSoo pudo observar la flora exótica por toda la casa y se preguntó si acaso se encontraba dentro de una película de sultanes. No pudo evitar un sonido de sorpresa cuando vio las tres fuentes de jade que se encontraban al centro.

Amir... hürrem— delicadas voces se escucharon a su lado derecho, si no hubiera sido por el saludo de las mujeres en la entrada, KyungSoo hubiera pasado de ellas. Se dio cuenta que eran las mismas omegas que estaban en el hotel de Londres.

—Ellas serán tus acompañantes a partir de hoy, son omegas educadas en cultura y etiqueta, te ayudaran en todo momento, si tienes una duda, ellas son las que responderán ante cualquier cosa — le informa JongIn y el omega lo mira confundido.

—Creía que solo tendría compañía cuando tuviera que salir— le recordó KyungSoo

—Ellas no son guardaespaldas, no entran en el término— respondió serio el alfa. KyungSoo apretó los dientes enojado, el maldito sabia jugar con las palabras. Iba a responder algo mas cuando las mujeres se le acercaron.

—Por aquí, hürrem— le indicaron en sintonía todas, casi robóticamente. El omega volvió a cuestionar al alfa con la mirada.

—Te mostrarán tu habitación, como te dije, si tienes alguna pregunta, ellas te responderán — JongIn pensó antes de continuar. —Tengo... unas cosas de las que encargarme, volveré antes de las cuatro, no dudes en pedir los sirvientes lo que quieras... no intentes nada fuera de lo acordado. Adiós.

Antes de que el castaño pudiera contestarle, el alfa ya le estaba dando la espalda para retirarse con todos si hombre pisándole los talones. Vio la figura de JongIn irse con un paso apresurado. Lo último que escuchó fue el sonido de los autos.

—No se preocupe hürrem. El señor Hsmet siempre ha tenido poco tacto en cuanto a sentimientos se refiere. Pero estoy seguro de que lo eligió a usted como su mate, debe tener algo especial dentro de usted— dice Buret a su lado con una sonrisa mable. KyungSoo sintió un poco de tristeza al observar la felicidad en los empleados de la casa; seguramente pensaban que su efendi lo habían marcado por amor y cariño. KyungSoo sintió remordimiento cuando recordó las circunstancias del por qué su unión.

 Hürrem— volvieron a llamar las mujeres. Con un asentimiento, las siguió por la enorme mansión.

Mientras pasaban por los enormes pasillos y subían escaleras, las coloridas pinturas llamaron la atención de KyungSoo por completo. A pesar de que su padre lo obligó a estudiar negocios, su corazón siempre había estado en el arte. Tenía muchos cuadernos con retratos hechos por él y uno que otro cuadro que había hecho cuando su padre no estaba en casa.

 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚 ᵏᵃⁱˢᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora