Capítulo 9.-

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La figura del tucán en la hoja en blanco iba cobrando forma con cada trazo de la mano hábil de KyungSoo, los efectos de los colores no fueron necesarios para capturar la esencia del ave que el omega quería.

Elit, Sohyun y Moonbyul lo dejaron en su tranquilidad de la que hacía mucho no había podido desfrutar, después de todo, ellas solo lo acompañaban cuando KyungSoo pudiera necesitar algo. Solo lo acompañaron para mostrarle los jardines principales de la casa, el omega quería investigar por su parte, pero se vería demasiado sospechoso empezar a husmear por los pasillos. La soledad era casi palpable en el ambiente, sino fuera por el alfa parado al lado suyo.

Con un suspiro aburrido, KyungSoo deseo tener acuarelas y un lienzo para desahogar las emociones que le carcomían en los últimos días.

—¿Ocurre algo hürrem? — la voz de JongDae fue un recordatorio del momento a solas que no tendría KyungSoo ese día. El alfa lo seguía a todas partes y una parte del omega sabía que seguía ordenes y había la posibilidad de que tal vez JongIn intuía que quería escapar.

—Nada, solo... realmente quería darle color a esta imagen— se sinceró, había algo en JongDae que irradiaba confianza. De todas las personas de la casa, sentía que era el más relajado.

—¿Quiere que ordenemos pinturas para usted, hürrem? —pregunta el moreno amable, pero Kyungsoo pudo escuchar el todo divertido.

—Me gusta elegirlas por mí mismo, gracias— el castaño volvió a estudiar su pintura —También agradecería que me dejaras de llanarme hürrem. 

KyungSoo sabía que probablemente iba a ser rechazado una vez mas acerca de la situación con su ''apodo'' que todos se esmeraban en decir últimamente. El sonido de una risa lo sorprendió y se giró a ver al hombre atrás suyo. La expresión relajada del alfa hacia su rostro fuera aún más atractivo.

—Al parecer no le gusta mucho— declara JongDae. KyungSoo pudo ver que había evitado el sobrenombre y no pudo evitar el sentimiento de sorpresa.

—La verdad no—suspira el omega cerrando el cuaderno de dibujo que le había pedido a Elit, también le habían proporcionado tres lápices. KyungSoo decidió no preguntarles por qué tenían todo eso a la mano. —Siento que es un nombre que equivale a mucha... expectativa.

JongDae lo miró por un momento antes de desplazarse al asiento al lado de KyungSoo.

—¿Puedo? — señaló, pidiendo permiso para sentarse junto al omega. KyungSoo se sintió emocionado al pensar que había alguien no tan arraigado a las reglas de ahí.

El acento del alfa no era como el de JongIn o todos ahí, tenía un aire mas americano. KyungSoo asintió, vio como el hombre se desparramaba de una manera despreocupada que casi le hace preguntarle si realmente trabajaba para el cara larga de su jefe.

—Ser un omega en la familia Hasmet puede hacer recordar a cualquiera que había un sultanato en el país. Las reglas de ese entonces son similares a las de esta familia y no puedo culparlo por sentirse incómodo. Es un mundo muy diferente al que vivía en Canadá. — dice JongDae mientras saca trozos de pan de una bolsa de la que KyungSoo no se percató. Las aves pequeñas empezaron a acercarse a su alrededor. El omega volvió a tomar su cuaderno.

—Me sentiría más cómodo si me trataran como una persona normal y no como si fuera el único omega que existiera— murmuró el omega mientras iba trazando las líneas de las alas de un gorrión. Sus pensamientos se distrajeron al recordar la visita del doctor esa mañana.

Eso es imposible. Antes de unirme tomé mis supresores, se supone que el efecto anticonceptivo no disminuye, aunque me salté tres dosis— declaró KyungSoo asustado, puede que estuviera siendo un poco grosero pero el beta le acaba de decir que era posible que estuviera... ni siquiera podía pensarlo.

 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚 ᵏᵃⁱˢᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora