Capítulo 8.-

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El sonido de las aves, del agua correr en la fuente y el toque en la puerta de roble, hicieron que KyungSoo odiara las mañanas y se rehusara a dejar la suave cama de su habitación

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El sonido de las aves, del agua correr en la fuente y el toque en la puerta de roble, hicieron que KyungSoo odiara las mañanas y se rehusara a dejar la suave cama de su habitación. Por primera vez no sintió extrañeza al llamar a ese lugar como suyo y se regocijó al toque de las cobijas sobre él.

Hürrem— volvieron a llamar en su puerta con mas insistencia. El omega no pudo evitar jadear molesto, la voz de Elit se había vuelto mucho más, pero él no se quería levantar.

Hürrem... ¿Deberíamos llamar al amir? — se escuchó el susurro de Sohyun a sus compañeras. Ante la mención de JongIn el castaño se incorporó en su cama rápidamente, era muy temprano para lidiar con problemas de tal índole. Y su vergüenza en esos días y el poco control de su lobo que había tenido desestabilizaban sus sentidos, seria mas agible evitar al alfa por ahora.

—¡No, no! Estoy despierto, pueden pasar— contesta apresuradamente. Las mujeres tenían una expresión divertida en sus caras y KyungSoo se preguntó si lo habían hecho a propósito.

—Buenos días, hürrem— se inclinaron todas al mismo tiempo. KyungSoo solo asintió mientras restregaba sus ojos, sabía que no podía convencerlas de ser más informales con él.

—Le hemos traído el desayuno Hürrem, puede tomarlo mientras lo vestimos— se acercó Sohyun con una bandeja en sus manos. Eran... KyungSoo no sabia que comida eran los platos frente a él, pero tenían un olor exquisito; así que comió un bocado mientras disfrutaba el explosivo sabor en su boca.

Las mujeres empezaron a quitarle las batas a las que llamaban pijamas.

—Esto es delicioso, ¿Qué carne es? — preguntó con sus mejillas llenas de comida.

—Es cordero hürrem, esta mañana se le mató— explicó Elit mientras arreglaba su cabello. El omega casi se atraganta.

—¿Mataron?

—Por supuesto hürrem, la carne que le damos a usted debe ser de la mejor calidad, no vamos a comprarla al mercado. Carne fresca implica mas fertilidad en el omega— continuó Elit. La palabra fertilidad le quitó el apetito a KyungSoo.

—Ah, claro— murmuró antes de dejar el plato de carne a un lado y empezar a picar las fresas.

Mientras lo vestían con unas prendas similares a las de ayer, pero menos elegantes, llamaron a su puerta por segunda vez en el día. KyungSoo sintió su corazón palpitar con rapidez.

—El doctor está aquí, hürrem— anunció una voz un poco menos gruesa que la de JongIn, si no se equivocaba KyungSoo era JongDae. El olor del otro alfa no dio indicios de presencia.

—Pasen— indicó el omega ignorando la sensación ácida en su estómago.

Los dos hombres entraron con paso dudoso, palpando el olor del omega para saber que estaba bien entrar a sus ''territorios''.

 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚 ᵏᵃⁱˢᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora