Agatha

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"God, what are you doing to me? / What am I doing to myself?"
—Adonis, from 'Concerto for the Veiled Christ', Selected Poems (tr. Khaled Mattawa)

Benjamín Salas era hermoso, incluso cuando las fotos de su muerte se filtraron por las redes sociales, incluso con el rostro morado y la piel pálida... incluso así, Benjamín Salas, era hermoso.

Agatha no lo era tanto.

Aquella mañana fría de noviembre, Agatha hizo lo que siempre. La rutina era parte fundamental en su vida:

Tomar una ducha, cepillarse los dientes, peinar su cabello...

Nada fuera de lo normal, excepto quizá que su compañera de cuarto no estaba a su lado cuando despertó.

Sin embargo Débora Parks, últimamente era más un fantasma que una roomie. Al fin y al cabo, era de esperarse, la nueva presidenta tenía agenda llena, o más bien muchas obligaciones que atender, quizá por eso ya no le hacía raro verla solamente cuando iba a dormir.

Aún así, no le extrañó tampoco que la noche previa no llegará al dormitorio, supuso, que continuaba las celebraciones de su triunfo. Por ello, continuó con su rutina normal y después de su ducha se preparó para asistir a clase.

No fue hasta que salió al campus que notó, que algo había pasado.

Quizá fue el trémulo silencio o por qué cuando entró al aula los susurros se extendieron a su alrededor.

— Aquí estas. — Dijo Mirna, su compañera de escritorio. Ágatha alzó un ceja, confundida.— ¿Crees que sea cierto?

—¿qué cosa?

— Lo de Débora— susurró más cerca de ella. Ágatha la miró sin entender y entonces, su amiga supo, que aún no sabía sobre la noticia. — Benjamín Salas, murió.

La sangre se le congeló de inmediato.

—¿Qué?

Mirna aguardó un minuto de silencio, luego asintió.

— Lo encontraron en el lago...

¿Qué?

— Débora fue la última en verlo vivo— continuó su compañera a su costado. La mirada de Ágatha se clavó en algún punto del salón, en silencio, sintió un frío recorrerle la espina dorsal. — La policía la está interrogando.

Y quizá, si Ágatha no estuviera sí entiendo que su mundo se estaba viniendo abajo, si por su mente no recorriera los recuerdos de la noche anterior, hubiera prestado atención a lo que continuo del relato, por qué estaba consternada, por qué algo estaba mal, alguien estaba mintiendo...

Y así era, por que era mentira, Débora Parks no había sido la última en ver a Benjamin con vida, no...

Había sido ella.

Las sombras del caso de Benjamín SalasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora