Capitulo 3

19 0 0
                                    

La mañana siguiente estaba acompañando a Andrés a hacer unas diligencias en el banco, luego fuimos a tomarnos un café.

-Creo que dejé la billetera en el carro ¡Vuelvo enseguida! - me dijo. Yo me senté en unas mesitas afuera de la tienda.
No pude dormir bien, y en este momento el sueño me estaba matando, ¿Hasta cuando va a durar todo esto?... Me fijé en mi alrededor: había otras personas comiendo y charlando, los carros iban y venían e igual que los peatones y las personas que le pasaban por un lado al Poly's café en donde yo estaba como cliente... Cada uno de estás personas vivían felices, en paz, con la consciencia tranquila mientras que la mía era una porquería. Les envidiaba cada destello de felicidad, ¿Por qué no puedo ser igual de feliz que ellos? ¿Por qué me toca ver como sus vidas son felices y la mia no? Tu no tienes vida... Me respondió mi consciencia, estaba apunto de salir corriendo cuando una voz conocida me habló:

-¿Anthony? - me dijo la chica que estaba ayer en mi cumpleaños

-¿Tú? - dije tratando de ocultar como me sentía por dentro pero era demasiado tarde, ella ya se había dado cuenta

-¿Estás bien? - me dijo, ella iba vestida con unos pantalones negros sexymente ajustados y una camisa blanca que decía: "Amy Hale" de un lado y "Poly's Café" del otro, por lo visto trabaja aquí.

-No es tu problema - dije secamente, ella se quedó un momento en silencio y luego dijo:

-¿Qué vas a ordenar? - levantó una pequeña libreta de pedidos y un lápiz

-Nada, ni siquiera se porque estoy aquí - me levanté de asiento rústicamente y me fui de ese lugar

Llegué y mi casa estaba sola, completamente sola. Guinde las llaves en su lugar y me lancé en el sofá con las luces apagadas y las cortinas cerradas, había dejado la lapto encendida y su luz me encandilaba, me puse un cojín en la cara para evitar la luz y en eso me llegó un correo... Me acomode y abrí el correo; quede desconcertado al leer esas palabras:

"Buenos días. Le notificamos que su solicitud de ingreso a nuestra universidad ha sido aceptada.

Felicidades."

Duré un par de minutos viendo la pantalla de la lapto. No podía creerlo, es que sin duda mis padres habían llegado al límite, ¿Por qué tienen que ser así? ¿Por qué sólo piensan en ellos? Les he dejado pasar muchas cosas pero ya no más, esta vez no se los perdonaré así como así.

Estábamos todos reunidos en la mesa cenando, mis hermanos nos contaba sobre sus experiencias desde que se fueron de la casa, todos reían sin parar excepto yo, no estaba de humor en absoluto solo comía en silencio y sin despegar la vista de mi plato. En eso Teylor aventuró:

-¿Sucede algo con tu sentido del humor, Mr. Amargura? - me dijo lanzándome un grano de arroz que calló en mi camisa, decidí mantener la calma todavía.

- No lances el arroz que tu no limpias - le dijó mi madre

-Teylor tiene razón - dijo Andrés - Esta mañana te fuiste y me dejaste solo en la cafetería ¿Qué te pasa?

-¿Qué me pasa? ¿Eso es lo que quieres saber? - no me pude resistir más - Sucede que estoy cansado de que me traten como si fuera un niño, que hagan con mi vida lo que ustedes quieran ¿Es que acaso no ven que ya soy un adulto? - ellos estaban en completo silencio - Hasta donde tengo entendido un adulto tiene muchas responsabilidades y tiene derecho a tomar sus propias decisiones.

-¿ A donde quieres llegar con esto? - dijo mi padre con su voz grave

-Al llegar aquí encontré mi lapto encendida en la sala, el correo estaba abierto y ¿Cual crees que fue mi sorpresa al leer el correo que llegó? - dirigí la mirada hacia mi madre - Era una carta de aceptación a la universidad Central.

Alex silbó y luego dijo: - Me parece una muy buena noticia y no una excusa para alarmarse

-Que lastima que no haya sido yo el que tomó la decisión de mandar la solicitud - yo no le quitaba la vista a mi madre

-¿Dices que tu no pediste el ingreso? - dijo Tayler

-Alguien entró en mi correo y mandó una solicitud de ingreso sin mi consentimiento - yo fulminaba a mi madre con la mirada pero ella mantenía la vista firme.

- Anthony te agradecería que dejaras de ver a mi mamá así - Me dijo Alex - ¿O es que fuiste tu mamá?

- Yo no he hecho nada - dijo con suavidad

-Ah, ¿no? - dije sin aliento por la sorpresa que llevé al oír su respuesta - ¿Cómo puedes decir eso en mi cara?

- Anthony no me hables así - la mirada de mi madre se tornó dura

-Mamá tu eres la que siempre siempre hace este tipo de cosas, opinas por mi, decides por mi, nunca me escuchas; a partas mis opiniones hacia un lado ignorándolas completamente ¿Alguna vez te haz preguntado sobre que opino de algunas cosas? Es que no puedo me puedo imaginar...

-¡ANTHONY, YA! - me gritó mi padre. Los muchachos no dijeron ni una palabra y mi madre se cubrió el rostro con las manos.
Tenía muchas  palabras atascadas en la garganta que querían salir pero no pude hacer más nada al respecto, parándome rústicamente me fui del comedor, daba pasos fuertes y pesados; sentía la cara ardiente de la rabia y lo único que quería era estar solo, completamente solo.

me encerré en mi cuarto y lo primero que hice fue destrozar lo primero que se me atravesara y eso fue la peinadora: lance las cremas y los perfúmenes al suelo, saque las gavetas y las lance contra la pared, tire al suelo el colchón de la cama y de un puñetazo rompí el espejo. Eso basto para calmarme un poco, podía sentir la mano palpitar gotas de sangre se deslizaban por mis nudillos y caían a las sabanas de mi cama que estaban regadas en el suelo; camine hacia atrás apoyando mi espalda a la pared me deje caer al suelo con las piernas sobre los vidrios rotos del espejo; deje que las palabras que tanto me había guardo fluyeran solas. Agarre una almohada que tenia cerca y me la puse en la cara para ahogar los gritos y el llanto, oí que tocaban la puerta:

-¡DÉJENME EN PAZ! - grité. no quería ver ni hablar con nadie, solo quería estar completamente solo y desaparecer para siempre.

A travez de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora