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Tanto el pelirosa como el pelinegro voltearon rápidamente la mirada hacia la entrada observando al recién llegado con diferentes expresiones. Soobin se apenó por la situación alejándose lentamente y con ello alejando sus manos. Yeonjun lo observó serio por un segundo antes de alejarse de Soobin mientras su mirada se desviaba hacia las paredes y la del pelirosa al suelo.

— ¿Pasa algo, Soobin? —Preguntó el chico de cabello platinado y Soobin negó con una sonrisa de labios sellados.

— No, todo está perfecto, Yoongi. — Afirmó el chico — ¿Terminaste las entregas?

— Sí, ¿tienes algo más?, porque estaba a punto de ir al banco, solo vine a dejarte el dinero.

— No hay nada más por el momento, ve a hacer tus diligencias tranquilo. Yeonjun se removió sin observar a ninguno de los dos hasta que el platinado se fue.

— Aún no puedo creer que Yoongi trabaja contigo después de todo. — Comentó Yeonjun ahora viendo a Soobin a los ojos.

— Bueno, al fin y al cabo éramos solo unos niños y la verdad después de tu ida él cambió mucho. — Dijo Soobin mientras limpiaba una de las mesas cercanas a Yeonjun — Se convirtió en alguien especial. — Susurró un poco y Yeonjun lo escuchó perfectamente, Soobin sabía que lo había escuchado también.

Yeonjun se fijó unos segundos en la mesa, luego carraspeó y observó nuevamente a Soobin.

— ¿Alguien especial? — Se atrevió a preguntar.

Soobin paró de limpiar y levantó la mirada hacia el menor.

— Sí, cuando te fuiste y cuando mi mamá murió él fue de mucho apoyo y yo también estuve cuando lo necesitó. — Comentó sentándose frente al azabache — Yoongi y Jin son mi única familia ahora. — Dijo.

— ¿Jin no tuvo hijos? — Indagó el menor y Soobin rió negando.

— No, dice que lo quiere cuando esté en la situación adecuada. — Yeonjun asintió lentamente. — ¿Y qué hay de...ella? — Soobin dió un profundo suspiro antes de seguir hablando — Tu prometida — Soltó ahora con una sonrisa.

— ¿Yeji? — El menor alzó los hombros con indiferencia — Nada, sólo vamos a casarnos.

Soobin frunció el ceño confundido.

— ¿Por qué lo dices tan simple? — Preguntó con gracia el mayor.

— No lo sé, el matrimonio para mi nunca significó nada más que una alianza de bienes y derechos. — Confesó el azabache.

— No siempre pensaste así. — Dijo Soobin cruzando sus brazos sobre la mesa.

— Claro que sí. — Confesó el menor alzando una ceja convencido de su respuesta.

— Entonces, cuando me propusiste matrimonio ¿fue por bienes y derechos? —Preguntó el mayor con una sonrisa burlona.

— ¿Qué? Claro que no. — Respondió el menor con una risa nerviosa.

— ¿Por qué fue? — Preguntó ahora el mayor ladeando la cabeza.

— No lo sé, era un niño.

— Aunque hayas sido un niño, no pensabas como ahora, o sea que al decir que siempre pensaste así estás equivocado.

— Bueno, quizás antes era algo con más peso u más importante, ahora no es que me importe mucho.

— Entiendo. — Afirmó el pelirosa.

— Traje algunas de las pinturas. —Cambió de tema el menor rápidamente.

— ¿De verdad? — Preguntó el mayor con notoria felicidad y ansias.

Soft Pink⁎yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora