CAPÍTULO III

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Antes de dejaros disfrutar de este GRAN capítulo quiero pedir perdón por no haberlo subido antes. Hoy he tenido un día muy ajetreado pero bueno, aquí está.
Y lo más seguro es que haya muchas faltas pero no he tenido demasiado tiempo para revisarlo. Así que no lo tengáis muy en cuenta porque lo revisaré cuando pueda.
Ahora sí, me callo ya y os dejo con un capítulo cargado de sentimientos.

III- BUENA IDEA. ¿OH NO?

Metí las últimas cosas en mi bolsa de mano. Ni siquiera tengo maleta, tengo pocas cosas y me he dado cuenta de que no necesito mucho más para vivir. Me entra todo aquí. Es del tamaño de una bolsa de entrenamiento. La diferencia es que, esta, está muy vieja y tiene algún que otro agujero poco visible.
Han pasado 2 semanas desde que decidí ir a la escuela de peleas de Mariwuail. Aunque la primera me la pasé casi toda en el Hospital, haciéndome pruebas. Por suerte, no tenía nada grave y pude irme a casa.
No llegaba a entender cómo la escuela era gratis, con todos los gastos pagados y además de ello, te daban dinero. Por lo que me informé y al parecer al ser "peligroso" no mucha gente se apunta a ir. ¿Conocéis la antigua Grecia? Más en concreto los circos. Bueno, pues es parecido a eso. Los espectadores pagan por una entrada para ver a personas pelearse como animales. Parte de las ganancias de las entradas van para el ganador. Aunque quien pierde aquí, no pueden decidir matarlo, lo único que pierde es dinero y puede que salga con alguna lesión. Pero al ser una de las escuelas más prestigiosas. Estoy segura que tendrán un excelente equipo médico. Eso es lo que menos me preocupa.
También me relajó mucho la idea de poder llevar nuestras propias armas para practicar con ellas. No me veo peleando con otro arco que no sea mi pequeña Victoria.
Sí, tiene nombre. ¿Y qué?

Patética

Tan dulce como siempre, consciencia.
Cierro la bolsa y la dejo en la entrada de casa. Aún me quedan cinco horas para despedirme de mis amigos y de mi familia.

Osea, solo de tu familia.

¡Oye! Tengo una amiga. Solo una. Pero no necesito más. Tener a Mary es suficiente. Ella es la única amiga que he tenido. La llevo teniendo desde siempre.
Me ha ayudado en todo. Me da miedo que la distancia influya entre nosotras. Pero sé que no pasará. No dejaremos que pase.
La razón por la que nuestra amistad ha durado tanto es, porque, es la primera persona que me quiere como ya la quiero. Que nos queremos por igual.
Siempre soy yo la que se encariña más, la que siempre está ahí. Y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que tal vez se alejan de mí porque no me echan en falta. Al estar siempre, me convierto en un fantasma y dejan de necesitarme, de verme... Pero con Mary es distinto, no somos fantasmas la una para la otra, y si lo fuéramos, seríamos fantasmas juntas.
Ella aún no sabe nada de esto. No se como se lo tomará. Espero que esté en casa porque dentro de unas horas iré a darle la noticia. Puede sonar extraño, pero es la despedida que más me costará. Nunca hemos estado más de unos días sin vernos y pensar que estaremos meses casi sin hablar, me revuelve el estómago.

Aún no me lo creo. Llevo toda mi vida aquí, en Obiscorn. Nunca tuve metas, siempre pensé que no iba a ser nada en la vida y nunca me preocupé por mi futuro. O la verdad, ni siquiera pensé en él. Es extraño, pero por alguna razón, nunca pensé en lo que haría en unos años.
Siempre he tenido esa rara sensación de que no habrá un mañana. De que moriré pronto.
Espero que solo sea eso, una sensación.
Ahora me veo aquí, y hace dos días ni me imaginaba que estaría en esta posición. Nunca tuve el pensamiento de irme fuera. Siento que esta es mi casa. Solo mi casa. No conozco lo que es un hogar.
Es cierto. Siempre he tenido todo lo que he necesitado. Mis padres me han querido mucho y ellos también se han querido. Nunca he tenido problemas familiares. Tengo dos hermanos normales. No me he llevado nunca muy mal con ellos. Es cierto, son mi familia. Pero, ellos no se sienten como mi hogar. Estas cuatro paredes no se sienten como un hogar. En realidad, nada se siente así. Y tengo la inquietante sensación de que nunca podré sentir eso. Nunca tendré un hogar.
A pesar de todo. Esta sí es mi casa. Y me da mucho miedo salir de este pueblo. De estos campos. Por primera vez, voy a pisar una ciudad. Y eso suena muy aterrador.
Pero no voy a ponerme dramática ahora. Tengo que aprovechar el poco tiempo que me queda.
Creo que mi madre está más nerviosa que yo. Lleva dos horas preparándome mil bocadillos para el viaje. Aunque solo son 5 horas en tren, ella piensa que me quedaré con hambre.
Al principio eso me preocupaba, como os he dicho, mi familia no tiene los recursos económicos suficientes como para coger el transporte público. Pero, me quedé más a gusto al enterarme de que todo corre a cuenta de la escuela. Lo último que quiero es ocasionarles más problemas a mi familia.

Cuando caiga el último pétalo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora