🐗Nuestra historia - InoAio Week 2022 🦋

Lirios azules

Día 3
Tema: Flower shop Au

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Pequeño paréntesis se tocarán temas algo delicados en esta historia, se recomienda discreción. Ahora sí comenzemos.

La alarma que lo despertaba de su siesta pre-trabajo sonó, apago esta con pesadez y apenas consiguió levantarse.

Lavo su cara y arreglo un poco su cabello , agarro las llaves y salió de camino a la florería de su madre, por lo general se turnaban para atenderla ella durante el tiempo que iba a la escuela y más o menos a las 17:00 iba a relevarla, quedándose ahí hasta las 20:30 la verdad prefería quedarse ese turno  en ves de su mamá, por la hora algún rufián podía acecharla pero si era el, no dudaría en sacar a golpes al malechor.

– Hijo al fin llegas– una sonriente Kotoha lo esperaba en el mostrador.

– Lo siento mamá, me quedé dormido.

– Como siempre– solto una risita pues conocía muy bien a su hijo– por sierto nos dejaron un encargo, pasarán a recojerlo más tarde.

– ¿Son estás de aquí?– señalo tres ramos apartados del resto, dos de rosas rojas y uno de lirios azules.

– Si, me pidieron los tres de lirios pero solo nos quedaba una unidad.

– ¿Que tienen estas cosas que siempre se acaban?

– Te veo en casa Inosuke– le dió un beso en la mejilla– el pedido está a nombre de Kanzaki.

– Yazachi– anotando en una hoja– lo recordaré.

Casi a la hora de dejarlo  entro en el lugar un hombre, vestido de traje, el cabello bien peinado y un maletin en la mano.

– ¿Será el?– pensó para sus adentros.

– Buenas tardes, deje un encargo de tres ramos.

– ¿Yazachi?

El hombre precia agradable y solo rio suavemente antes de correjir a Inosuke.

– Kanzaki.

– Claro, lo tengo por aquí– fue por las flores y con cuidado entrego los ramos.

– Me ubiera gustado llevarme todos de lirios, pero las rosas están preciosas igual– entrego el dinero– creo que vendré con frecuencia, hasta luego.

– Que le vaya bien.

Lo que quedaba de turno lo paso sin mucho problema, chicos comprado algún ramo pequeño para sus novias, señoras buscando algún adorno extravagante para llevar, sin más llegó la hora de cerrar.

– ¡Oye tú!

– ¿Eh?– se encontraba guardando las muestras que tenia en unas macetas fuera de la tienda– ¿Me hablas a mi?

– ¿Ves cue hay alguen más?– no cabía duda, estaba borracha.

– Mira niña no te conozco, ya vete a casa y déjame cerrar.

– ¡El hombre que vino ate una horas! ¡Que fue lo que llevo!

– ¿De que hablas?– prestando atención noto que tenía los mismos ojos que el hombre de hace rato.

– ¡Kanzaki! Es mi padre ¡ya dime qué llevo!

– ¡Tres ramos y ya!

– ¿Había lirios?