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VISERYA "VELARYON", desde su nacimiento había sido tan esperada, tanto por su hermosa madre, como su honorable padre y por supuesto su pacífico abuelo, nadie ponía en duda la legitimidad de la princesa, ya que todas sus características eran sin duda de una Targaryen. Cuando sus hermanos menores nacieron, pudo sentir las miradas y los rumores expandiéndose por todo el reino hasta llegar a sus oídos, era una niña, más no era tonta, sabía que los rumores eran ciertos y aunque su abuelo se hacía de la vista larga, sabía que alguien no, y esa era la reina.
Aunque sus hermanos y ella no llevarán la espesa sangre de los Velaryon corriendo por sus venas, ellos se sentían parte de la familia, después de todo frente a todas la personas, dioses y el mundo, los cuatro eran hijos de Laenor Velaryon heredero de Driftmark.
Su vida era tan tranquila, aunque podía sentir que algo muy malo se avecinaba, algo que sabía es que después de la tormenta venía la calma, pero no siempre es así y las tormentas en su hogar son frecuentes.
Habían cosas que Viserya sabía, pero otras que no y eso será lo que la arrastrara en un mar cubierto de sangre y un cielo bañado en fuego.
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