DBK

2.1K 270 137
                                    

Espero que les guste~

Nota: Díganme que tipos de cosas podrían hacer Nezha y MK juntos. No tengo hermanos, así que no tengo ni idea de qué podrían hacer xD

Van a la construcción y a pesar de que Macaque realmente no tiene idea de como, es arrastrado hasta allí, alzando a su hijo por seguridad y caminando a paso lento, frunciendo ligeramente el ceño ante la vista de aquel bastón tan familiar clavado en aquella pequeña montaña que los humanos se negaron a tocar mientras construían a su alrededor, un poco de la luz natural iluminando el lugar. Es extraño estar allí, no va mentir.

-Papá, papá...- bajo la vista para mirar al menor, quien se ve emocionado, mirando la pequeña montaña con ojos brillantes. -...es el bastón de Monkey King, el real- se ve tan emocionado, casi como si quisiera acercarse para verlo de cerca pero el mayor se aferra sin querer soltarlo, recordando lo que había visto en aquel espejo no hace mucho tiempo.

-Lo sé, chico- asintió. Sabe que su hijo es el sucesor, sabe que él va a poder levantar el bastón, pero va a atrasar ese momento todo lo posible. Todos se quedan algo lejos, Wukong siendo el único en avanzar, subiéndose a la pequeña montaña y agarrando su bastón, mirando de reojo a Iron Fan antes de suspirar y sacarlo de su lugar, dando un salto para alejarse justo cuando la pequeña montaña empezó a temblar violentamente, la superficie rompiéndose y con un estallido, el gran demonio se libero.

-¡Wukong!- gruñó lleno de ira, levantándose de su encierro y dejando escapar un fuerte rugido que resonó, aunque el dios no pareció intimidado y simplemente hizo girar su bastón. MK se aferro a su papá, temeroso, aquel ser de piel morada se veía mucho más grande que en las fotos.

-Relájate, DBK...- bufo, casando, quería dormir una larga y relajante siesta. -...agradécele a tu esposa que estas libre o aun te estarías pudriendo bajo tierra- señaló. El gran demonio resoplo con la nariz, volteándose para verla, su expresión relajándose ligeramente.

-Mi amor...- se acercó a grandes pasos, inclinándose ligeramente, luciendo asombrado de verla después de tanto tiempo.

-Amor mío...- ella extendió sus brazos, logrando abrazarlo con todo el cariño que tenía, dejando un suave beso en su frente y sintiéndose aliviada de tenerlo de vuelta. Él se volteo apenas, sin soltarla, extendiendo su mano ahora agarrar a su hijo y acercarlo, Red Son aliviado mientras los abrazaba a ambos, su familia unida por primera vez en mucho tiempo.

-¿Qué fue lo que hiciste, querida?- DBL pareció recordar las palabras del dios, separándose un poco para poder mirarla con curiosidad, notando de reojo como su hijo desviaba la visita con obvio nerviosismo.

-Hice una promesa de no atacar ni conquistar la ciudad- contestó ella sin lucir arrepentida.

-¡¿Qué?!- exclamó, frunciendo el ceño ante la respuesta. Red Son no pudo evitar hacer una mueca, ya sabia que a su padre no le iba a gustar esa noticia en particular. -¡Me niego a seguir con esas condiciones, yo...!- su esposa lo corto bruscamente.

-Escúchame bien...- gruñó ella de repente, su mano tomando el anillo que él mayor tenía en la nariz y obligándolo a agacharse para mirarlo con seriedad a los ojos. -...te apoye en todo en el pasado pero pagaste las consecuencias de nuestros actos, encerrado bajo tierra durante años, dejándonos solos y a nuestra suerte. Ahora estas de vuelta gracias a esa promesa y me importa muy poco si te gusta o no...- frunció el ceño. -...porque vamos a obedecer nuestra parte porque no pienso dejar a mi bebé solo en este mundo sólo por tu terquedad y estupidez, ¿entendido?-

-Si, mi amada- fue rápido en aceptar, intimidado por la obvia furia que venía de ella, quien pareció satisfecha y asintió, soltándolo.

-Bien- miro al dios, quien está girando su bastón entre sus dedos. -Te lo agradezco...gran sabio- no se ve cómoda diciéndolo pero suena sincera, ignorando el gruñido profundo que viene de su molesto marido.

-Si, si, si- él le resto importancia, agitando ligeramente su mano. -Solo...no causen problemas- y se acercó a su contraparte, guardando el bastón en su oreja ante la mala mirada ajena.

-Macaque...- habló el de piel morada al notar al mono, frunciendo el ceño ante el niño entre sus brazos, el cual se encoge ligeramente y se aferra a su papá.

-Hola DBK- tarareo, acomodando al menor para dejarlo ocultar su rostro en su hombro, obviamente algo intimidado por el tamaño ajeno.

-¿Tienes un hijo?- enarco una ceja, incrédulo.

-Te has perdido de mucho- dejo escapar un largo suspiro.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora