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━━━━━━ Ella ━━━━━━
Nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia, dijo la única mujer que falleció marcando la diferencia.
La recuerdo como si hubiera sido ayer, cada vez que cierro mis ojos la encuentro ahí, con esa sonrisa cansada y una sencillez impresionante, tan amable y solidaria que no se comparaba con nadie dentro de las murallas, ella era ese ángel que había caído a la tierra en el peor momento de la historia y que a pesar de ello nunca se rindió. Un ángel precioso con alas blancas y gigantes, radiantes como el sol, capaces de volar tan alto como las aves. Era un alma pura que caminaba entré las cenizas del fuego ardiente del infierno para salvar aquello que no tenia salvación.
Su recuerdo me duele y al mismo tiempo me reconforta. Esa mujer de cabello cenizo y mirada cansada era todo lo que tenía para seguir adelante, fue ese ángel que me rescato de la miseria y me enseñó que el mundo era quien estaba mal, no yo.
"—Son ellos quienesestán mal, no tu pequeña."
Cada vez que cerraba mis ojos escuchaba mi nombre en su voz cansada y llena de ternura, en medio del silencio y la oscuridad, su recuerdo era luz y sonido.
El nudo en mi garganta jamás faltaba, sentía mis hombros cada segundo más y más pesados. Su ausencia me dolia más que cualquier herida superficial y atesoraba su recuerdo tanto como lo hago con Roger, mi peluche. Era tan especial esa pequeña parte de mi vida que preferia mantenerla oculta y solo para mi, un recuerdo mío e íntimo.
Personal.
"Nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia" repetí en mi cabeza una y otra vez tratando de seguir los pasos de plomo de Marlo.
Este recuerdo llegó a mi porque la Legión misma me estaba demostrando que ese ángel nunca se equivocó, que incluso en una situación tan peligrosa como esta se podia marcar la diferencia y cambiar el curso de la historia.
Un triunfo que alimentará la esperanza de las personas y les otorgará una oportunidad de buscar la libertad y la justicia, uno solo que los motivará a convertir nuestra sociedad en una más justa y honesta.
"—Amber, nunca dudes de tu instinto. Si puedes formar parte de ese cambio no tengas miedo de hacerlo, lo nuevo siempre es un misterio pero solo sabrás si es bueno o malo hasta que te atrevas a descubrirlo."
Estaba viviendo un cambio, una revolución sin armas ni sangre inocente derramada por las calles. Esta, era una revolución pacífica que buscaba lo mejor para la humanidad, y mi primer pensamiento fue preciso: quiero formar parte de esto.
El Comandante Erwin era mi única esperanza para lograr impartir la justicia dentro de las murallas, porque, yo no era su soldado, yo era parte de ese pequeño grupo de renegados que busca la justicia sobre todas las cosas.
