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El sol entraba por las ventanas del pasillo anunciando un nuevo día e iluminando todo el lugar de colores vivos y alegres; mi pierna no dejaba de moverse y el vacío crecía con forme transcurrían las horas, Roger se había quedado en mi habitación pero hoy mismo tenía que buscarle un hogar a menos que alguien me hechara de cabeza y ambos nos quedáramos en la calle.
Retorcía una y otra vez mis dedos tras mi espalda nerviosa sin motivo ni razón, un "algo" me tenía de esta forma, y ese "algo" no me gustaba, era horrible y me dejaba claro que hoy pasaría algo, no sabía con certeza a qué se debía pero de que era por Annie, lo era.
Esta forma de actuar tan extraña me tenía mal de la cabeza desde antier, era tanta la tensión y las dudas que existía entre nosotras que resultaba ser asfixiante, estaba flotando en una laguna de secretos y misterios que incrementaba cada segundo más y más; pase dos dedos por el cuello de mi camisa buscando que esta no fuera la causante de mi asfixia, movi mi cabeza en círculos manteniendo mi posición firme junto a Hitch.
Ya no podíamás.
—Amber ya deja de moverte.
Trague saliva y seguí retorciendo mis dedos tras mi espalda, me estaba ahogando en silencio y nadie parecía darse cuenta de la situación.
—Seguramente quieres salir corriendo por Floch, ah— sonrió burlona mi compañera—. Pero mira quien viene.
No quería ver, no quería hacerlo, no debía hacerlo. Tense la mandíbula sintiendo la mirada de Marlo y de Annie sobre mi, seguramente el primero por el nerviosismo que tengo. Esta mañana, Annie no dejaba de llorar y aún no se como fue que logré escapar de sus brazos.
Balbuceo muchas cosas y ninguna de ellas fue entendible para mi, relami mis labios y pellizque la palma de mi mano, si eso no me calmaba, no se que cosa lo haría.
—Tu cara de recién levantada es tan temible...— Hitch río con esa chispa de burla que la caracteriza—. Amber estaba muy ocupada como para levantarte.
—Solamente la deje descansar— murmuré seria sin mirar a Annie, si lo hacía, me sentiría peor sin motivos.
—Últimamente has tenido esas enormes ojeras— añadió Marlo.
Annie descendió de las escaleras de forma lenta, perezosa y sin ganas, Hitch se abrió paso divertida dejando a la rubia a mi lado, su fragancia femenina inundó mis fosas nasales provocando que el vacío en mi estómago aumentará.
—Vamos— canturreo Hitch— ¿Qué? ¿Ya te volviste loca?
—No estaría mal ser un poco menos antisocial.
—Solo déjenla en paz— Annie, Marlo y Hitch me miraron curiosos— si quiere hablar lo hará, mientras tanto no la presionen. Ella viene de Trost, es la única guerrera sobreviviente que tenemos en este lugar, deberían ponerse en su lugar y pensar que no es fácil superar un suceso así. Ni siquiera nosotros habríamos sobrevivido en un infierno así.
