The Slytherins 5.

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-Y bien, ¿Qué tienes planeado?- quiso indagar el joven de ojos verdes, pues la curiosidad carcomía su imaginación.

-Eso lo verás pronto- dijo Draco, para después guiñarle un ojo, acción que sonrojó al otro.
-Pero...es mejor si me cuentas, así estaré preparado-.
-No, ya no sería una sorpresa-
Sin muchas ganas accedió ante eso, alegremente el rubio tomó su mano y lo dirigió hacia una pequeña camioneta negra, le abrió la puerta a Harry, este entro enseguida.
-Pensé que tendrías chofer o algo así- bromeó.
-No, Potter, claro que tengo chofer, pero se conducir, además prefería estar...a solas, por esta ves- el corazón el moreno dio un vuelco ante esas palabras, sintiéndose totalmente nervioso.
El camino empezó con un incómodo silencio causado por el miedo de ambos jóvenes, temían decir algo erróneo y molestar al otro, pero Harry se atrevió a hablar.
-¿Entonces me decías que tu familia paterna tiene una gran empresa?-.
-Si, se supone que algún día será mía, así que mi padre quiere que me tome un tiempo para entrar a la universidad y estudiar administración de empresas-.
-¿Y tú quieres estudiar comercio?- le llamo la atención ya que sabía lo importante que era para Draco su música, pero después pensó que estaba siendo muy imprudente preguntando algo así- Perdona, no debes responder si no te sientes cómodo con ello-.
El joven le sonrió tiernamente.
-No te preocupes, responderé todo lo que me pidas, no me incomoda, pero volviendo a tu pregunta, no, no quiero, mi pasión es la música, más mi padre no lo aprueba, me ha amenazado con quitarme mi herencia, él piensa que esa amenaza me afecta, pero su dinero no me importa, yo tengo mi propia fortuna, que para ello he trabajado, si te soy sincero creo que rechazaré la empresa, sé que es lo que ha trabajado toda la familia de mi padre, su padre, su abuelo, su bisabuelo, pero eso no me obliga a querer seguir sus pasos, me costó mucho entenderlo, la vida es muy corta como para vivirla cumpliendo los sueños de los demás-.

Harry no podía creer lo que oía, Draco, era alguien muy maduro, y le fascinó que luchara por sus sueños.
- Me parece que tienes toda la razón, además perder a un artista como tú, no lo vale por autos- bromeó Harry, y Draco no pudo evitar reír con el.
-¿Y tú que quieres hacer con tu vida?-.
-Quiero ser policía, al igual que mi padre, me gusta ayudar a la gente, y admito que me apasiona mucho resolver casos y pelear con los malos, aunque antes pensé en ser jugador de futbol americano profesional, incluso me ofrecieron una beca deportiva para la universidad, algo que rechace-.

-¿Eres jugador?, vaya Potter que guardadito te lo tenías-.
-Si, soy mariscal en el equipo de mi escuela, pero como te dije eso acabará en cuanto entre a la universidad-.
-Lo importante es que lo que elijas te haga feliz-.
-Lo hace, no puedo esperar por recibir mi placa de policía-.
-Y yo no puedo esperar para verte uniformado- se le escapo decir al joven, y el otro incómodamente asintió, mientras enrojecía.
Después de unos minutos a Harry se le ocurrió poner la radio, primero estuvo pasando unas cuantas estaciones sin éxito alguno, pues ninguna canción era de su agrado, pero en una en específico empezó a sonar una ya conocida voz.
-Oh no, quítala-pidió apenado Draco.
-¿Pero por qué?, si cantas hermoso-.
-Hoy estás saliendo con Draco, no con el cantante Draco Malfoy, quiero que conozcas la parte más real de mi, y escuchar mi música en el auto me vuelve solo un cantante famoso en este momento, y contigo quiero ser más que eso- se atrevió a confesar Draco.

Quindi Marlena torna a casa, che il freddo qua si fa sentire
Quindi Marlena torna a casa, che non voglio più aspettare
Quindi Marlena torna a casa, che il freddo qua si fa sentire
Quindi Marlena torna a casa, che ho paura di sparire

Mientras la canción sonaba de fondo, Harry miraba a los ojos a Draco, no podía creer lo que oía, ¿Por qué un tipo malcriado y mujeriego sería caspas de decir tan lindas palabras?, Harry ya no sabia que pensar de Draco, pero de algo estaba seguro, si seguía frecuentando a ese rubio, su corazón jamás volvería a ser de Harry, pues tendría un nuevo dueño. Llevo su mano a la radio y la apago.
-Esta bien Draco, pero no solo quiero conocer una parte de ti, si me lo permites me gustaría conocerte por completo-.
-Si es necesario desnudar mi alma ante ti, no lo dudare ni una sola ves Potter-.
Harry sintió mil escalofríos recorrer su cuerpo, cada ves pensar en su plan lo ponía más nervioso, solo sería un beso, su primer beso, pero era necesario.
-Llegamos-.
Harry se asomó por la ventana del vehículo, la vista lo dejó anonadado, pensaba que Draco lo llevaría a un lugar lujoso, totalmente fuera de su estilo, otro motivo por el cual estaba nervioso, pero no, estaban en una feria, llena de juegos, comida y luces, pero lo extraño es que no había gente, claro si estaban todos los que trabajaban en la feria, pero de hay en fuera, solo eran ellos dos.
-¿Por qué está tan vacía?-.
-Porque si hubiera gente tendría que esconderme, no me quiero esconder contigo a mi lado, quiero que te sientas cómodo-.
Harry no cabía en la alegría.
-Bueno pues, vayamos a divertirnos- Harry tomo tímidamente la mano del más alto, y salió corriendo como un niño camino a los juegos, el primer juego fue de tiro con arco, Draco presumió que sus habilidades en ese juego eran inigualables, pero si bien es cierto, el bueno en deportes era Harry, Draco intentó muchas veces atinar para ganar un premio y cómo vio en la tele dárselo a el chico, pero no lo conseguía, Harry entonces tiro después y consiguió darle al blanco a la primera, cosa que hizo que el caprichoso del menor de los Malfoy hiciera un pequeño berrinche, y Harry solo río ante eso.
-Ya toma el hurón, lo gane para ti-.
-Yo debí ganar algo para ti-.
-Aún quedan muchos juegos, ¿A ver quien gana más premios para el otro?-.
-No me retes Potter-.
-¿Te asustas Malfoy?-.
Draco sonrió y corrió antes que Harry al juego más cercano.
Juego tras juego los dos jóvenes competían como locos, cualquiera que los viera diría que eran enemigos, compitiendo para ser mejor que el otro, pero nada estaba más lejos de la realidad, pues competían para ganar premios y hacer feliz al otro, en reventar globos ganó Draco un peluche de León, le dijo a Harry que tenían el mismo cabello revoltoso y se lo entregó, él un juego de fuerza ganó Harry, dándole a Draco una guitarra de juguete, pero eso no se quedó así para cuando terminaron de jugar ya no les cabían en las manos los premios, así que decidieron parar, se sentaron en una banca con vista a la hermosa feria iluminada, para poder contar sus premios, y ver quien le dio más al otro.
-Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Seis, Siete, Ocho, Nueve, Diez, fueron diez los que me diste Potter, veamos cuantos te di yo- dijo burlón Draco.
-No te confíes Malfoy, Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Sis, Siete, Ocho, Nueve, Diez y Once, no puede ser, me ganaste Malfoy-.
-Ya lo ves, es una pena solo te falto un regalo para ganar- dijo bromeando mientras se acercó mucho a la cara del otro, quedando muy cerca de esos hermosos ojos verdes, y mejillas sonrojadas.
Harry, no sabía que hacer, estaba en shock por la cercanía, sabía que lo hacía para molestarlo, pero al contrario, debía aprovechar, y sin pensarlo más, se acercó lo suficiente para besarlo, fue un tierno y corto beso, muy inocente, pero con eso bastó para que el corazón de Harry quisiera salir de su pecho, Draco no estaba distinto, primero no reaccionó por la sorpresa, pero después él fue quien acercó aún más a Harry, no era su primer beso, pero no le molestaría que esos labios fueran los últimos en besarlo, eran cálidos, suaves, y no solo sentía lujuria en ese beso, no era como los otros besos que había dado, pues en este había otro sentimiento... se atrevería a decir que era un beso de amor.
Harry fue el primero en apartarse.
-Creo que ya te compense el regalo faltante- trató de bromear, pues estaba nervioso de lo que Draco pensara.
-Créeme, acabo de perder por mucho- respondió el chico con sinceridad, provocando una inmensa alegría en el otro.
Harry ahora lo sabía, estaba enamorado de aquel joven, lo acababa de conocer, pero no necesitaba más que ese beso para reconocer sus sentimientos, ya no creía en lo que la prensa decía, y se olvidó de los motivos por los que un día no le agrado ese cantante, pero a pesar de todo, quería la verdad, saber porque Draco aguanto una imagen falsa que le crearon los medios de comunicación.
Subieron a la rueda de la fortuna, Draco no soltó la mano de Harry después del beso, haya arriba la ciudad se veía magnífica, iluminada, parecía un mundo de luz desde esa cima.
-Harry, debo decirte algo-.
-Dime- contestó asustado Harry, pues le había llamado por su nombre, así que la cosa iba en cerio.
-Debes saber que vas a escuchar mil cosas sobre mi, tanto buenas como malas, y si queremos que funcione debes ignorarlas todas, y solo confiar en mi palabra. No soy mujeriego, ni siquiera me gustan las mujeres, pero tampoco soy un santo, si he tenido pareja, pero eso está en mi pasado, no soy un niño rico malcriado, mi carrera lo hice sin ayuda o apoyo de mi padre, viví dos meses en la calle junto con Blaise, Theo y Pansy, tratando de recolectar dinero cantando, pero mi madre nos apoyó al enfrentarse a mi padre, no le quedó de otra que dejarme volver a la casa, donde me lleve a mis amigos, pero en cuanto empezamos a ser famosos, nos fuimos a vivir solos. Si fumo, desde que soy muy chico, lo encontré como un modo de calmar mi ansiedad, pero te aseguro que es falso que me he drogado o que soy un borrado fiestero, no sé si sea necesario decir esto pero hay rumores de que me he acostado con fácil cinco modelos, es mentira, soy virgen todavía-Empezó a explicar con rapidez Draco, temía arruinar lo que estaba surgiendo con Harry debido a los rumores, no se dio cuenta en el momento que empezaron a temblar sus manos mientras hablaba.
-He tranquilo- dijo el moreno tomando sus manos entres las suyas- Te creo, además lo último fue mucho detalle, pero te agradezco la confianza, no creeré en los rumores, pero como tú fuiste sincero conmigo también te contaré más sobre mi- Harry trataba de abrirse ante Draco igual, para que no se sintiera incómodo por haberle contado todo eso- Por donde empiezo, yo no soy gay, soy bisexual, no había besado antes a nadie, por lo tanto se concluye que igual soy virgen, sobre pareja va a sonar raro pero no he tenido, aunque estuve apunto de salir con la hermana de mi mejor amigo, la verdad es que si se me hacía linda, pero en esos momentos estaba confundido con mi sexualidad y me dio miedo entrar a algo formal, no tomo, no me drogo, pero si he llegado a fumar, por cierto lo odio, nunca lo volvería a hacer-.

La platica continuó durante un rato, pero al ver la hora Harry tuvo que pedirle a Draco lo llevara a casa, muy a su pesar, pero sino sus padres lo reprenderían, el trayecto fue melancólico, pues sabían que igual no se verían en un tiempo, antes de llegar a la casa del menor Draco detuvo el carro .
-Quiero decirte algo antes de irme, se que mi vida es muy ajetreada, no tengo un rumbo fijo, pero sin importar adonde me lleve ese rumbo, quiero que siempre me regrese a tu lado, por eso no quiero irme sin decirlo, ¿Puedo ser tu novio?-.
Harry no sabia que decir, era todo muy pronto, apenas se estaban conociendo, más entendía que no se verían seguido, sería una relación difícil, a distancia y a escondidas, una parte racional le decía que no lo hiciera, pero su corazón le suplicaba que no lo dejara ir, pero al final Harry tomó una decisión.
-Si, Malfoy, puedes ser mi novio-
El rubio no espero más y abrazo a el joven frente a el. Ya en la casa de Harry, este se bajó del auto y se despidió con una triste sonrisa, no quería dejar a ese rubio.

Un avión privado partía, alejándose cada ves más de Londres, separando a dos jovenes enamorados, pero solo físicamente, porque sus almas ya no podrían separarse. Las almas gemelas jamás lo hacen.

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