Recuerdo inesperado...12

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Jana.ఌ

—¿Ya comiste?, Te veo algo pálida.

—Si, ya comí fui al restaurante y me veo pálida porque salí ayer en la noche me pase un poco de copas.

En realidad no he comido pero prefiero no probar su comida.

—Porque bebiste si eres menor de edad —me mira de reojo desde la cocina.

—El lugar adonde fuimos es de la prima de Cristian y de su tía así que podemos entrar y tomar alcohol.

—Eso está muy mal, su tía no debería dejarlos entrar.

—¿Quien dijo que ella lo sabía?

—Niñita irresponsable, ahora deberías de estar en la universidad.

—Es que quería pasar tiempo contigo y ver juntas una película comiendo naranjas —abulto  mi labios haciendo un puchero esperando lograr que me deje de regañar.

—Fingiré que te creó y nos iremos a mi habitación a mirar una película de Disney.

—SIIII —festejo.

—Adelántate para buscarla yo pelaré y partiré unas naranjas.

Empiezo a subir las escuelas por las cuales ella bajó, entró a su habitación y lo primero que veo es la cama, la cual es gigante y no ocupa ni la mitad de la habitación, enfrente de ella una televisión que fácilmente podría medir lo mismo que yo, en las paredes unos cuadros que valen el triple de lo que yo pagaría por ellos también hay  muebles que combinan con las lámpara de cristal que están pegada al techo las cuales hacen una perfecta combinación con las cortinas.

Pasó mi mirada por la habitación que me es tan familiar y la detengo a ver una puerta que se que es la del armario, caminó hacia ella para abrirla, mis ojos pasan por toda la ropa de marca que está ahí las grandes estantería con los zapatos más costosos con los cuales jugaba cuando era niña. Mi mente trae los recuerdos de Hana y yo probandonos la ropa fingiendo que éramos modelos mientras que mi tía nos miraba con una sonrisa diciéndonos que éramos las modelos más hermosas del mundo. Le rompimos varias prendas o zapatos pero nunca nos negó entrar aún supiera que le destrozariamos algo.

Unos de mis mejores recuerdos.

Cierro la puerta antes de que quiera llorar y tomó el control del mueble en el que está la televisión, me siento en la cama para empezar a buscar  la película que quiero mirar.

Después de unos minutos apareció mi tía por la puerta para acostarse conmigo en la cama y ahora estábamos las dos acostadas comiendo gajos de naranja mirando maléfica.

—¿Ya se acabó pongo la segunda?

—Claro, ¿Quieres que le diga Valeria que traiga mas naranja o algún snack?

—Nop, seguro le echara veneno —abulto los labios.

—Aún no olvidan su pequeña discusión de cuando eran niñas.

—Nunca.

—Seguramente ya no le gusta Eiden.

—No fue por qué le gustaba, si no porque intento que él y yo dejáramos de ser mejores amigos a base de mentiras —solo de recordarlo me hace hacer muecas de desagrado.

—Era una niña.

—Ahora que me acuerdo, tengo que hacer una llamada —Me levantó de la cama y salgo de la habitación para no tener una discusión con ella.

No tengo que hacer ninguna llamada pero busco entre mis contactos a quien llamar para que no piense que le mentí.

—Holi —hablo sentada en el sillón color nude de la sala.

Mi Batalla con el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora