Intuición

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Eran las 2 am de un domingo cuando me enteré que existía un mundo completamente diferente al que estaba acostumbrada, una hora después me encontraba viajando junto a un hechizero que apenas conocía hacía un lugar donde probablemente no encontraría nada bueno.
Mientras nos dirijamos a la central de trenes de Tokyo, Satoru preguntó:

-Tal vez dadas las circunstancias lo mejor será tomar la ruta corta, ¿no crees? Dijo en tono sugerente.

- ¿existe? Pregunté incrédula.

- Claro, sólo que no se lo digas a nadie- contestó esbozando un ligera sonrisa y extendiendo su mano hacia mí, dudé por un momento en tomarla pero no quería perder más tiempo si él conocía una ruta más corta la seguiría.

Al tomar su mano el sujetó firmemente la mía cubriendola por completo, se sentía cálida a pesar del grueso guante de piel que tenía puesto y preguntó:

- ¿Estás lista para conocer la ruta corta?- dijo en en forma juguetona.

- ¿Eso creo? Respondí con el seño fruncido.

- Excelente, no sueltes mi mano, por favor-.

Dicho esto de pronto todo se puso color blanco por una fracción de segundo, fué como ser flasheada pero antes de tocar tierra me pareció flotar por momento. Ante tal desconcierto no me había percatado que estábamos en un lugar completamente diferente al de la cuidad.

- Llegamos- dijo Satoru aún sujetando mi mano.

-¿Qué clase de truco de magia fué ese?- dije con los ojos abiertos como platos.

- Uno que sólo yo puedo hacer- dijo mientras comenzaba a caminar hacia una gran casa al final de un sendero rodeado de plantas.

-Será mejor que no pregunte nada- dije vagamente para mi misma.

Mientras caminábamos juntos en la oscuridad de la noche en cuanto más nos acercabamos a la casa podía sentir una vibra fuerte que hacía que se me erizara la piel, definitivamente no quería entrar ahí aun que tener a Satoru cerca me daba más confianza.

- ¿puedes sentirlo, verdad? Preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

- Si te refieres a la vibra demoníaca que tiene todo el lugar, la respuesta es sí.- contesté sarcásticamente.

Satoru esbozó una sonrisa y acto seguido se detuvo frente a la puerta príncipal de la casa.

- Quisiera que te quedaras aquí mientras yo reviso el lugar...-

- O podríamos entrar juntos y terminar con esto pronto- dije interrumpiendo su sugerencia.

Satoru respiró profundamente en forma de resignación y aceptó.
Al entrar al lugar todo lucía vacío, no se escuchaban los insectos que al llegar a las afueras de la casa se escuchaban, parecía que toda la vida en ese lugar se hubiera mudado dejando todo atrás y el único ruido era de una pequeña fuente de agua clara que estaba en la entrada de la gran casa.

- Revisaré la parte de arriba- dije mientras el hechizero revisaba la planta baja.

Al subir las escaleras las tablas crujían haciendo un ligero eco en la estancia, cuando llegué a un largo pasillo con un gran reloj al fondo toqué la primera puerta de la primera habitación que vi, al entrar estaba completamente vacía, sólo había una cubeta con agua en el centro de la habitación, inspeccioné el lugar y al no ver nada relevante fui al siguiente, en la habitación vecina había una gran cama y todo estaba decorado como la habitación de un adolecente, había ropa en el piso, pósteres de bandas en la pared, libros y una computadora portátil con la pantalla rota parpadeando, pensé que no tenía mucho tiempo ahí así que la persona no tenía mucho tiempo de haberse marchado, continué buscando en la siguiente habitación y esta estaba decorada casi igual a la anterior solo que esta tenia un aire más infantil, al no escontrar nada en las siguientes tres habitaciones me dispuse a bajar con Satoru hasta que escuché un crujido proveniente de un pequeño armario enseguida de las escaleras, me acerqué lentamente y abrí la puerta.

Satoru Gojo × Tú [+21] || Fanfic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora